La política canaria nos vuelve a regalar un culebrón. Y es que, la desbandada del sector renovador de Nueva Canarias ha sido un espectáculo en varias entregas, con rupturas, lágrimas (metafóricas, claro) y declaraciones de amor y despecho. La última pieza en caer fue Roque Aguayro en Agüimes, es decir que la coalición con NC es ya historia. Pero si hay un capítulo que mantiene a todos en vilo es el de San Bartolomé de Tirajana.

Aquí cinco concejales de NC siguen en la oposición con Samuel Henríquez a la cabeza. Todos alineados con el sector renovador, pero sin mover ficha. Ni abandonan Nueva Canarias ni se suman oficialmente al éxodo. A la pregunta, ¿están en un profundo dilema existencial, o es que ya han descubierto que en el nuevo partido no habría hueco para Samuel como cabeza de lista en las próximas elecciones?

Menudo misterio. Si deciden marcharse, pasaría a ser concejales no adscritos, con la portavocía perdida, y con ella, ese atractivo sueldo que cualquier político aprendería a valorar. Pero si se quedan, ¿les perdonará Carmelo Ramírez la deslealtad? ¿Habrá abrazos de reconciliación o solo silencios incómodos en los pasillos?

Hasta ahora, Teodoro Sosa ya se ha apresurado a defender a los que sí han abandonado NC, asegurando que no son tránsfugas. Que no cunda el pánico, simplemente han cambiado de bando en la misma batalla. Un matiz importante.

San Bartolomé de Tirajana, ni contigo, ni sin ti, pero tampoco sin un buen sueldo. Que continúe el espectáculo...

Los vecinos de San Bartolomé de Tirajana tienen un nuevo pasatiempo. Descolgar el teléfono para participar, sin saberlo, en el último capítulo del reality político local. Todo comienza con una inocente encuesta sobre “mercados del municipio”. Pero el guión cambia cuando empiezan las preguntas del millón: "¿A quién votaste en las últimas elecciones? ¿A quién votarías mañana?" y, de paso, "¿podrías calificar del 1 al 10 a todos los cabezas de lista?" En algunos casos, también al segundo.

Lo asombroso es que, si lo que quieren es que nadie sospeche sobre quién está detrás de la encuesta, pedir que valoren a todos los miembros de un partido específico es casi un ejercicio de humor negro. Es como si asumieran que los vecinos no saben sumar dos más dos. Son un poco desvergonzados.

La estrategia recuerda más a un test psicológico que a una encuesta seria, y las sospechas de los vecinos no se han hecho esperar. ¿Quién estará detrás de este peculiar sondeo? Todo apunta a un partido político que parece estar más nervioso que un alumno antes de un examen sorpresa. Y aunque faltan dos años y medio para las próximas elecciones, la prisa por saber “qué pasaría si…” hace pensar que alguien quiere adelantar los deberes.

¿Estrategia o, más bien, nerviosismo?

Hablemos de San Bartolomé de Tirajana y su "espectacular" entrada principal, que más que un pórtico digno de un municipio turístico, parece el resultado de un concurso improvisado. Adefesio es quedarse corto. La decoración ha logrado ofender al Grinch.

En lugar de una decoración acorde a la Navidad o a un municipio turístico que presume de hoteles de cinco estrellas, lo que nos recibe es un conjunto de tinajas repintadas, cañas y otros objetos que parecen haber sido recolectados de la peor tienda de chinos del barrio.

¿Y esos palos? ¿Son una referencia artística? ¿Un símbolo de algo? ¿O alguien olvidó recogerlos después de una obra? Ni los propios responsables de este adefesio parecen saberlo.

Por si fuera poco, el cartel de "Felices Fiestas" está flanqueado por los nombres de la empresa encargada de la decoración, tan desproporcionados en tamaño que uno podría pensar que la Navidad ha sido relegada a un simple telón de fondo para la desvergonzada autopromoción de quienes perpetraron este, insistimos, adefesio. ¿Estamos celebrando el espíritu navideño o asistiendo a una oda al ego desmedido de los diseñadores?

Por supuesto, los vecinos han reaccionado, y no es para menos. Si esta entrada ya es un despropósito bajo el sol, con lluvia esto promete ser un caos. Imaginen esas macetas convertidas en charcas y los folios volando como despedida de esta decoración absurda.

Lo más preocupante es que esta "obra maestra" haya pasado por la aprobación del Ayuntamiento, que parece más enfocado en alimentar este bochorno colectivo en lugar de cuidar la imagen de su municipio.

Pues eso, "Felicidades" en folio.

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Maspalomas, una de las joyas del turismo en España, enfrenta un problema creciente en el emblemático Paseo de Meloneras. Comerciantes de la zona han alzado la voz para denunciar el impacto negativo de la presencia de vendedores ambulantes ilegales e indigentes cuya actividad afecta "gravemente" a las empresas legalmente establecidas y deteriora la experiencia turística en esta codiciada área.

Desde El Faro de Maspalomas hasta el centro comercial Meloneras, la presencia de estos vendedores se ha convertido en una constante. Para los turistas, el paseo se ha transformado en una travesía incómoda, donde deben esquivar puestos improvisados que exhiben productos de dudosa procedencia y calidad.

Reclamos de los comerciantes locales

Los empresarios que operan en esta privilegiada zona lamentan que, mientras ellos pagan altos alquileres, impuestos y otras obligaciones fiscales, los vendedores ilegales operan sin regulación alguna. “Nos enfrentamos a una competencia desleal. Vendemos productos originales, con garantías, y respetando la normativa, pero estos vendedores nos restan clientes ofreciendo precios que no podemos igualar porque no cumplen con ninguna regulación”, señala uno de los comerciantes afectados.

Además, los denunciantes aseguran que las continuas quejas ante el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana no han dado frutos. Según ellos, la falta de recursos y de voluntad política para abordar el problema ha propiciado un incremento en el número de vendedores ambulantes.

Impacto turístico y económico

El Paseo de Meloneras, conocido por sus lujosas instalaciones y su ubicación privilegiada, es una de las zonas de nueva creación más atractivas de Maspalomas Costa Canaria. Sin embargo, las imágenes que los turistas encuentran en la realidad distan de las que promocionan las campañas publicitarias: suciedad, infraestructuras deterioradas y la persistente presencia de vendedores ambulantes.

“Es frustrante ver cómo grandes inversiones en ferias turísticas y campañas internacionales no tienen un impacto positivo en la economía local por la dejadez en el mantenimiento de la zona y la permisividad hacia estas prácticas ilegales”, añade otro empresario.

La política como centro de las críticas

El problema, según los denunciantes, es más amplio: refleja una gestión municipal que consideran errónea y desconectada de las necesidades reales del municipio. Para muchos, la política se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los ciudadanos, superando incluso temas como la seguridad o el terrorismo, según revelan estudios recientes.

Una llamada urgente a la acción

Los empresarios exigen medidas concretas y efectivas para frenar esta problemática. “El municipio debe garantizar el cumplimiento de las normativas locales y proteger a los comercios que generan empleo y riqueza en la zona”, concluyen.

Mientras tanto, el Paseo de Meloneras sigue siendo un reflejo de la pugna entre la economía legal y la informalidad.

Mientras Maspalomas y Playa del Inglés siguen vendiéndose como los destinos de playa y relax ideales, ahora ofrecen un “nuevo atractivo”: la convivencia a pie de calle con personas sin hogar en pleno corazón turístico. Aquella imagen idílica de lujo y confort queda matizada por colchones y mantas que brotan en las aceras más transitadas, entre bloques de pisos, aceras y jardines públicos, ofreciendo una experiencia “real” a todo aquel que visita la zona.

Este fenómeno no es precisamente nuevo, pero su notable incremento lo hace imposible de ignorar. Durante el día, estas personas en condiciones visiblemente deterioradas y sin acceso a la atención médica que necesitan, se ubican en las puertas de los supermercados, entre otros lugares, donde “interactúan” con residentes y turistas en busca de alguna ayuda económica. Lo que para algunos puede parecer un incómodo acoso, se podría ver en realidad como una oportunidad para que el visitante se lleve una auténtica “experiencia inmersiva” en las dificultades de la vida urbana.

Lo curioso es que estas personas no buscan esconderse en rincones discretos. Han escogido las zonas más transitadas y visibles, para que todos puedan disfrutar de esta otra “faceta” del destino turístico. Y la interacción no termina ahí, en las entradas de los supermercados, algunos insisten a los clientes hasta hacer que más de uno se sienta intimidado. Porque, claro, ¿qué mejor que experimentar esa dualidad entre lujo y pobreza, todo en el mismo lugar?

La policía acude a las insistentes llamadas de los trabajadores de los supermercados y vecinos, intentan “poner orden”, pero cada intento por retirar a estas personas resulta inútil, los desalojan, y ellos simplemente vuelven, como una especie de inquebrantable atracción turística de la vida real. Así que, en el fondo, la situación solo puede verse como un “valor añadido” a la oferta de Maspalomas y Playa del Inglés. Y quien se sienta incómodo… bueno, quizás no entienda el auténtico “encanto” de esta experiencia tan particular.

San Bartolomé de Tirajana está que arde, y no solo por el calor. Al parecer, algunos concejales de la oposición están coqueteando discretamente con el grupo de gobierno, formado por PP/AV-CC. ¿Será que se les acaba el paro en mayo y ya han comenzado a buscar "nuevas oportunidades laborales"? Nuestro intrépido reportero Denver, que tiene más oídos que orejas, asegura que el amor por el gobierno está en el aire.

¿Pasaremos de 14 a 16 concejales antes de que termine la legislatura? Podría ser, porque más vale "estar dentro que fuera" cuando se acerque el final del curso electoral. Y, con integrantes nuevos o no, el pacto agotará (o no) la legislatura con la vista puesta en reeditarlo de cara a las elecciones de 2027, especialmente si PSOE y NC no consiguen tantos concejales como esperan.

¿Habrá cambios en el grupo de gobierno antes de que termine la legislatura? 

Lo único seguro es que Denver, siempre presente en los despachos, ya tiene todo bajo control. Y si aún no ha escuchado sus conversaciones, es solo cuestión de tiempo...

Todas las hipótesis están sobre la mesa, y solo el tiempo dirá si la ideología y los colores propios siguen siendo motivo de orgullo, o si cambiar de bufanda se convierte en tendencia en la política actual.

¡A ver si la política local se vuelve un poco más romántica y menos calculadora!

Parece que los turistas en San Bartolomé de Tirajana ya no buscan hoteles de cinco estrellas. Ahora la tendencia es otra, por ejemplo, construirse una chabola con encanto en los barrancos o en esas coquetas esquinas entre edificios, justo al lado de las viviendas locales. ¿Lo mejor de todo? Muchos de estos nuevos “emprendedores” son extranjeros que añaden un toque internacional a nuestro paisaje urbano.

Es más, algunos se han lanzado al negocio del “personal shopper” en las puertas de los supermercados, pero no para comprar, sino para pedir con estilo. Claro, la imagen de la zona… bueno, digamos que es diferente.

Y mientras que este “nuevo concepto” podría parecer innovador, los vecinos parecen no estar muy emocionados. Las chabolas, muchas hechas con cartones a modo de camas y plásticos para protegerse, se multiplican por las zonas más céntricas.

Para colmo, los carros de los supermercados se han convertido en el transporte oficial de todo lo que recogen de la basura para abastecer sus improvisadas viviendas. Además de la mala imagen, la insalubridad y el caos han indignado a los residentes, que ya no saben si viven en un destino turístico o en una versión de “Supervivientes”. Todo un atractivo, sin duda.

Desde que PPAV y Coalición Canaria se dieron el “sí, quiero” tras las pasadas elecciones, los rumores de una moción de censura han sido tan constantes como las olas en Playa del Inglés. Pero, atención, que ahora después del verano con todo el mundo bronceado, los cuchicheos se han convertido en gritos. Y vaya gritos.

Por un lado, tenemos al alcalde, Marco Aurelio Pérez, (PPAV), que según los "chismosillos", ya no puede lidiar con el afán de protagonismo de Alejandro Marichal, líder de Coalición Canaria. Y es que Marichal, no deja escapar ni un solo flash de las cámaras. Tanto, que Pérez estaría pensando en cambiar de socio y cortar por lo sano con Coalición Canaria dándoles puerta a sus siete concejales para empezar un nuevo romance con... ¡el PSOE! Los mismos con los que hace nada no se podían ni ver.

De suceder esto, ¿se quedará Marichal de brazos cruzados?

Parece que este año los concejales del grupo socialista decidieron que la Romería del Pino no era lo suficientemente atractiva para ellos. Quizá se les olvidó marcar la fecha en el calendario, o tal vez la idea de caminar entre los vecinos, disfrutar del folclore y compartir un vaso de vino les resultó demasiado agotadora.

Algunos 'curiosos' han ido más allá y comentan que la mayor sorpresa se la llevaron sus propios compañeros de partido de otros puntos de Gran Canaria cuando, al acercarse a la Carreta de San Bartolomé de Tirajana, se encontraron con… ¿nadie? Mucho entusiasmo, pero ningún concejal local del PSOE a la vista. ¿Estarían esperando una romería “por videoconferencia”?

Uno se pregunta si la próxima vez preferirán hacer un maratón de series en el sofá o asistir a algún evento más acorde a su “agenda”. Pero confiamos en que, al menos, sabían que la romería era esa semana... Porque, claro, con tantas cosas importantes que hacer...

A lo mejor tienen una excusa muy convincente. ¿Estaban ocupados “trabajando por el pueblo” desde algún lugar más cómodo, alejado del calor y las multitudes?

En un giro inesperado en la política local de Santa María de Guía, el alcalde Pedro Rodríguez, de Nueva Canarias, ha acusado a la Dirección de su propio partido de permitir y hasta fomentar la moción de censura que el Partido Socialista (PSOE) ha pactado con la oposición para desbancarlo de su cargo.

La moción, que cuenta con el apoyo de Unidos por Gran Canaria, Ahora Guía, Partido Popular y Coalición Canaria, ha generado un gran revuelo en este municipio del norte de Gran Canaria. Rodríguez ha expresado su sorpresa y consternación por el movimiento, especialmente porque, según él, no han existido problemas internos significativos entre Nueva Canaria y el PSOE durante los años que han compartido el gobierno municipal.

En una reciente declaración a la Cadena SER, el alcalde señaló que la moción tiene el beneplácito de la Dirección de Nueva Canarias, basándose en la falta de comunicación por parte del Secretario de Organización, Carmelo Ramírez, y el escueto mensaje de texto recibido por parte del presidente de Nueva Canaria, Román Rodríguez, apenas ayer, cuando los concejales del PSOE ya habían dimitido.

Discrepancias

“¿Es lógico que el Secretario de Organización de Nueva Canaria, don Carmelo Ramírez, no haya descolgado el teléfono y haya llamado al alcalde de Guía ante esta noticia. Es normal que el presidente de Nueva Canarias, don Román Rodríguez, haya enviado un simple mensaje. Esto confirma que están de acuerdo con la operación del PSOE?”, declaró Rodríguez.

Represalia

El alcalde también negó que existan tensiones en el pacto actual y sugirió que la moción es una represalia por sus críticas a la dirección del partido. Además, Óscar Hernández, alcalde de Agüimes, ha pedido al PSOE que reconsidere su postura, calificando la moción de censura como un error que podría perjudicar futuros pactos y la estabilidad de gobiernos locales.

San Bartolomé de Tirajana

La crisis política desatada en Santa María de Guía podría no quedar confinada a este municipio. Esta situación podría extenderse a otros ayuntamientos con líderes de NC que han sido catalogados como críticos, como es el caso del lider del partido nacionalista en la oposición de San Bartolomé de Tirajana, donde tampoco se descartan cambios significativos de cara a los próximos comicios electorales.

La moción de censura, si prospera, podría cambiar radicalmente el panorama político en Santa María de Guía y más allá, abriendo una brecha en la cohesión interna de Nueva Canaria que podría tener repercusiones más amplias en la política insular.