Precisamente de Urbanismo se habló la semana pasada cuando varios técnicos criticaron que la firma de Narváez fuese delegada al concejal Delgado. Según los juristas administrativos un área delegada de la alcaldesa no puede a su vez delegarse, ni tan siquiera para firmar documentos, una circunstancia que se da en el derecho privado, pero no en la Administración Pública. Los defensores de esta acción argumentan que existe un vacío legal que permite la delegación. Mientras Narváez argumenta su decisión en la carga de trabajo que sostiene en Turismo, otros no dudan al afirmar que se trata de un nuevo desencuentro con Torres por algún escollo urbanístico.
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