La playa del Inglés tiene prevista para el próximo año una actuación experimental destinada a regular ligeramente la temperatura del agua en una zona muy delimitada del litoral durante los meses de invierno mediante el aprovechamiento del calor del subsuelo. La propuesta parte de un acuerdo técnico entre administraciones insulares, personal investigador universitario y una empresa especializada en sistemas geotérmicos de baja entalpía.
La documentación preliminar sitúa la intervención en un área balizada próxima a infraestructuras ya existentes. El sistema contemplado prevé intercambiadores térmicos enterrados fuera de la lámina de agua con capacidad para elevar uno o dos grados la temperatura en condiciones muy concretas y bajo control ambiental estricto.
Fuentes técnicas indican que existen antecedentes en instalaciones portuarias y zonas de baño artificiales, aunque admiten que su aplicación en una playa abierta presenta dificultades relevantes. Por este motivo cualquier avance quedaría supeditado a informes sectoriales y a la compatibilidad con la protección ambiental del entorno dunar.
Desde el ámbito institucional se insiste en que se trata de "un estudio exploratorio" sin calendario definido y sujeto a múltiples condicionantes administrativos. Algunos especialistas consultados advierten de que la dinámica marina y las corrientes locales podrían limitar de forma notable la eficacia real del sistema.
La continuidad de la propuesta dependerá de los resultados técnicos y ambientales, que determinarán si la actuación resulta viable o si se descarta en una fase temprana.







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