Corruptos y machistas

Hay pocas cosas tan ridículas como ver al partido más corrupto de España atacando al segundo partido más corrupto para ganar adeptos, que además deben ser también estultos.

 Estadísticamente siempre hay más corrupción en los partidos grandes que gobiernan. Los grandes con poder se comen literalmente a los chicos. Nadie puede meter la cuchara donde no hay nada que sacar. 

 Por cada corrupto judicializado del PSOE hay tres del PP . Las estadísticas, como la prueba del algodón, no engañan. Aunque aquí no valga el adagio de que mal de muchos es consuelo de tontos. 

  Igualmente resulta muy absurdo ver a uno de los partidos menos feminista del país señalando los acosos machistas de uno de los que más ha hecho por la igualdad. El PP es el guía seráfico del feminismo igual que Julio Iglesias es el adalid mundial del celibato virginal.   Produce urticaria ver al PP hablando de feminismo o de corrupción, en la que es un maestro según la sentencia sobre Gürtel, aunque en abril empezará el juicio por el caso Kitchen, otro más de la corrupción pestilente del principal partido de la oposición. Corrupción y machismo, menudos dos ronchones. 

 El PP quiere elecciones ya antes de que empiecen a salir esos juicios pendientes por corrupción que dejarán a los presuntos chorizos Ábalos y Cerdán como unos simples principiantes pipiolos al lado de tanto profesional.

 Las acusaciones de la oposición al PSOE por acosos machistas se les están volviendo como un búmeran a PP y Vox por escupir para arriba. Lo positivo de esta lacra es que ya las mujeres están perdiendo el miedo a denunciar a sus acosadores. Es un paso adelante más rápido de lo que algunos creen pero más lento de lo que muchos desean. 

 Hay cosas que son muy ridículas. Por eso los dirigentes que esgrimen argumentos machistas son aún más ridículos si cabe, que por ahora cabe y mucho. Todo esto es tan ridículo como la Iglesia entrando directamente en la campaña electoral y posicionándose claramente en contra del principal partido gubernamental. 

  Tan ridículo como cuando los obispos salieron a la calle mano a mano con la derecha opositora para protestar por las leyes sociales que sacó adelante el Gobierno de Zapatero. La derechona se juntó con la Conferencia Episcopal para protestar por las leyes de matrimonio igualitario o la interrupción voluntaria del embarazo. 

  El arzobispo Luis Argüello, animado por Feijóo y Abascal, quiere elecciones ya antes de que llegue el mes de abril robado a Joaquín Sabina y comience el paseillo de los procesados populares por el banquillo. Argüello desea influir en política como en la época del nacionalcatolicismo de la dictadura franquista. 

 La derechona política y espiritual rechaza la eutanasia mientras desea practicársela al presidente Sánchez. La oposición protesta junto a los obispos como si la eutanasia obligara a los españoles a practicarla. Se trata de leyes de derechos sociales como el aborto, el divorcio o el matrimonio igualitario. Nadie que no quiera está obligado a servirse de esas leyes, que no se traducen en deberes sino en derechos.

  Aznar debió referirse a esto cuando animó a los españoles a actuar contra el gobierno actual. "El que pueda hacer, que haga", repite el hombrecillo insufrible, en feliz definición de Manolo Saco. Sí, Aznar, el mismo que aseguraba a los españoles solemnemente: "Créanme, en Irak hay armas de destrucción masiva". Nadie las ha encontrado todavía y de eso hace más de veinte años. 

  El que pueda hacer, que haga, pero en este caso es preferible estar callado para parecer más bonito. Sin embargo, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Aznar ni calladito está más mono.