La borrasca Emilia deja un sábado complicado en Gran Canaria, con viento fuerte, lluvias persistentes, nieve en la cumbre y un mar muy peligroso. Ante este escenario las autoridades piden a la población limitar desplazamientos, evitar las zonas altas y mantenerse alejada del litoral.
Durante la madrugada la lluvia cayó con intensidad y el viento dejó numerosas incidencias en distintos puntos del interior de la isla. Además, la nieve apareció en la cumbre, aunque en condiciones poco seguras y con carreteras cerradas. Subir hasta las zonas altas puede suponer un riesgo serio por la presencia de granizo, rachas muy fuertes y posibles desprendimientos.
En la cumbre central ya se han registrado acumulados cercanos a los 100 milímetros y las rachas en altura superan los 80 kilómetros por hora, con una sensación térmica muy baja. En algunos puntos el granizo ha llegado a cotas más bajas de lo previsto, y eso complica aún más la circulación.
Las carreteras de acceso a la cumbre permanecen cerradas y por ende el Cabildo insiste en no provocar atascos ni bloqueos que dificulten el trabajo de los servicios que retiran árboles caídos, además de resolver problemas en las vías.
Hasta primera hora de la mañana se habían atendido más de un centenar de incidencias en la isla, ninguna grave. El temporal seguirá dejando efectos durante el resto del día, con especial atención en las zonas altas y en el litoral.







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