Raspas de besugo

La ultraderecha mediática ha estado tantos meses dando el coñazo con el anuncio de que la UCO estaba culminando un informe demoledor contra el ministro Ángel Víctor Torres que ahora cuando ha sido conocido hasta Tellado se ha llevado una gran decepción. Su gozo en un pozo. 

  La bomba no explotó. Ni siquiera ha habido víctimas colaterales más allá de los meses de zozobra personal y familiar de Torres. Ni siquiera ha habido angustia política. Les salió el tiro por la culata.

 Acribillaron al ex presidente del Gobierno de Canarias en el Senado sin piedad (es el ministro que más comisiones de investigación ha pisado), haciendo creer que era el malo de las películas de James Bond y ahora se acaban de dar cuenta de que no se ha encontrado ningún indicio de delito.

 Las bestiales acusaciones contra Torres han caído en saco roto. Ni ha cobrado mordidas de la trama corrupta ni ha participado en orgías con mujeres prostituidas pagadas por Aldama. Todo este ruido altisonante solo ha provocado el parto de los montes de la fábula de Esopo. Mucho ruido y pocas nueces. Fabuloso. Fabulosa fábula. 

  En las 347 páginas del informe de la Guardia Civil no hay ni un atisbo de delito por parte de Torres, algo que ha desencantado mucho a la oposición y a su prensa afín. Como no hay nada para morder, ahora el PP y Vox se limitan a lamer los huesos para saciar su hambre perruna. 

  Como la Guardia Civil, en su exhaustivo informe de seis años de la vida de Torres, no ha encontrado nada punible, la prensa ultra está cabreada y sobre todo muy defraudada con la UCO a la que habitualmente alaba. Menos cuando eximió de cualquier ilegalidad a Begoña Gómez, la mujer del presidente Sánchez. 

  La Guardia Civil no ha encontrado indicios de criminalidad para que los jueces actúen y por eso la oposición se ha tenido que conformar con las presuntas mentiras del ministro. 

 Más que mentiras son mentirijillas sin ninguna importancia penal pero como la derechona se ha quedado sin argumentos, ahora ha recurrido desesperadamente al recurso del pataleo. Los opositores han pinchado en hueso y solo pueden hincar el diente a los desechos. 

 Es absolutamente patético ver la ristra de sandeces que dicen los dirigentes de la oposición sobre el caso Torres. Y ya no digo nada de los medios reaccionarios, que han actuado tal y como se esperaba: a falta de pan, buenas son tortas. Como las que se han llevado el impresentable Tellado y su jefe Feijóo, quienes implican a Torres en una trama corrupta sin ninguna prueba. Y eso lo hacen desde la sede del PP, que ha sido pagada con dinero negro de la Gürtel. El zorro cuidando a las gallinas. 

  En el Partido Popular han querido opacar el escándalo del novio de Ayuso, Alberto González Amador, con las chorradas y las acusaciones hilarantes contra el paisano de Arucas. Como no ha encontrado nada ilegal, ahora se están entreteniendo con las sobras a falta de mayor carnaza. 

  Actualmente están distraídos con las actuaciones no delictivas de Torres y lo acusan de contradecirse en una de las tantas comisiones del Senado en las que ha sido protagonista por petición expresa del PP, que cuenta con mayoría absoluta en la Cámara Alta. Algo que aprovecha muy poco porque cada vez que va un miembro del Gobierno al Senado, los senadores de la oposición salen trasquilados después de ir a por lana infructuosamente. 

   Los dirigentes populares, después de las grandes mentiras de Ayuso y su jefe de cámara y gabinete sobre González Amador, han asegurado contundentemente que mentir no es ilegal para justificar sus trolas pero en cambio si el que miente es el rival sí que no hay justificación alguna. Mentir no es delito. La frase se les ha vuelto en contra como un búmeran.

  Nos toman por tontos porque nos confunden con sus votantes y están acostumbrados a dar gato por liebre. Por ahora el gato se conforma con las raspas de pescado. Besugo, para ser más exactos.