Gran Canaria afronta una situación energética límite que ha llevado a activar una medida de emergencia sin precedentes: la instalación de una planta eléctrica flotante en el puerto de la capital. La medida busca reforzar un sistema en declive que, con una producción media de 400 MW y picos de hasta 550 MW, opera al borde de su capacidad y con un alto riesgo de apagones.
El buque, perteneciente al grupo turco Karadeniz Holding, está diseñado para generar 125 MW mediante seis motores que pueden funcionar con gas natural licuado o fuelóleo pesado. La energía se transformará a bordo y se trasladará a tierra por una línea subterránea de 66kV conectada a la subestación del Muelle Grande, propiedad de Red Eléctrica.
Este refuerzo temporal forma parte de la Declaración de Emergencia Energética aprobada tras el apagón de La Gomera en 2023, que dejó a la isla varios días sin suministro. El plan contempla diez instalaciones de emergencia en Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura para compensar un déficit global de 268 MW, de los cuales 120 corresponden a Gran Canaria.
Hasta ahora se han adjudicado dos proyectos en Tenerife, en los polígonos de La Campana y Granadilla, mientras el Ejecutivo concentra ahora sus esfuerzos en la isla grancanaria, donde la red y las centrales muestran mayor deterioro.
El proyecto, incentivado por la Consejería de Transición Ecológica y Energía y supervisado por la Autoridad Portuaria, se financiará con fondos estatales y permanecerá operativo hasta que se resuelva el concurso de renovación de centrales eléctricas, cuya tramitación el Gobierno autonómico ha pedido acelerar.







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