Operación Taxi: la nueva aventura extrema del sur de Gran Canaria

San Bartolomé de Tirajana se ha convertido en el nuevo escenario de una gincana digna de “Supervivientes”. La prueba más temida: conseguir un taxi. Lo que antes era un trámite de dos minutos, ahora es una misión digna de película, con teléfono en mano, aplicación abierta y una oración al cielo.

Desde que la central cambió y ahora coordina los servicios de varios municipios del sur, pedir un taxi por teléfono o mediante la aplicación es casi tan posible como que te toque la lotería sin jugar. Los usuarios aseguran que el sistema tiene vida propia. “A veces suena, a veces no, y cuando contesta alguien, el taxi parece venir desde Fuerteventura”, relata una vecina con tono entre humor y desesperación.

El problema ha dejado de ser un simple fastidio. Cada mañana, trabajadores que dependen del taxi para llegar a tiempo a su empleo se ven atrapados en una especie de ruleta rusa de transporte. Algunos ya salen de casa una hora antes “por si acaso el destino decide ser amable”.

La situación también golpea a las personas mayores, muchas de las cuales dependen del taxi para acudir al centro de salud, hacer compras o moverse por el municipio. “Llamar y que te cojan ya es una victoria. Que llegue el taxi, un milagro”, comenta un jubilado mientras sostiene el móvil con la resignación de quien ya perdió la fe en la tecnología.

La nueva central prometía “mejorar la eficiencia y la cobertura”. En la práctica, ha logrado algo insólito: unir a todos los municipios del sur en una misma queja monumental. Algunos incluso proponen crear una nueva atracción turística: “La Ruta del Taxi Perdido”, una experiencia inmersiva que combina paciencia, esperanza y sentido del humor.

Mientras tanto, los usuarios siguen esperando… y los taxis, aparentemente, también.