MASDANZA llenó todas las plazas en su incursión en los museos, demostrando la capacidad de la danza contemporánea para convertir el patrimonio en un escenario vivo.
Durante dos jornadas, la Casa de Colón y el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada acogieron un mismo programa que, en cada espacio, adquirió una identidad distinta.
En la Casa de Colón, la intimidad del lugar dialogó con piezas como el giro vital de Raquel Gualtero, la memoria íntima de Forget Me Not de Catarina Casqueiro y Tiago Coelho, la espera poética de The Waiting de Federica Esposito y la fuerza de NO de Albert Hernández e Irene Tena.
En Cueva Pintada, con idéntico programa, la memoria ancestral amplificó cada gesto y respiración, convirtiendo al propio espacio en protagonista.
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