De mal en peor

Feijóo ha iniciado el curso político como si fuera un monologuista del festival del humor. “Vamos a devolver España a los españoles”, dijo sin inmutarse con esa cara singular de boxeador de peso mosca noqueado. (Risas enlatadas). No sabía que España era de los moldavos. Ni siquiera ha entregado Navarra al País Vasco, como pronosticaba el PP en la presidencia de Zapatero.

  “España no es este gobierno”, añadió el líder de la oposición como si descubriera la pólvora. Este nuevo concursante del Club de la Comedia con el que te mueres a carcajadas es la pera. (Vuelven las risas enlatadas). 

  Pues claro que España no es este gobierno, como tampoco España es esta oposición. España es mucho más rica y es en color. No es la España del blanco y negro a la que los socios y aliados de Feijóo quieren llevarnos hacía el precipicio cabalgando un jamelgo en plena cruzada. Santiago y cierra España.

   Y esto lo dice el líder de la oposición que confesó que la primera vez que votó lo hizo a Felipe González. Ahora se entiende el idilio entre el gallego y el sevillano, cada día más cerca de los populares y más alejado de los socialistas. No me extrañaría que a la oposición le ocurriera lo mismo con Pedro Sánchez pasados los años. 

Al hombre que han crucificado, deshumanizado y cosificado sin piedad con descalificativos insultantes puede ser que dentro de veinte años lo suban al altar. Exactamente igual que hicieron con Felipe González, que pasó de villano absoluto a héroe de la democracia. Aunque a Sánchez, más que en héroe, quieren convertirlo en mártir. 

 La derechona política y mediática se alió en los años noventa del siglo pasado para masacrar a Felipe González inventándose bulos sobre él, como hacen ahora con Pedro Sánchez, aunque el caso de este es aún más grave y sangrante ya que la campaña no sólo es contra él sino contra su esposa. Y su hermano. Y su padre. Y su madre, a la que la presidenta de la Comunidad de la fruta ha insultado de forma soez, como suele hacerlo la derecha extrema y troglodita. 

   Son tan cobardes que se esconden detrás del insulto y luego no son capaces de reconocerlo. Tiran la piedra y esconden la mano. Y encima sus corifeos le ríen la gracia pueril y boba como si fueran integrantes de un jardín de infancia. Al menos la derecha de antaño tenía tenía una cosa a la que llamaban honor.  

  Feijóo ha excusado su presencia hoy en la inauguración del año judicial por motivos distintos, cada uno más ridículo que el anterior. Primero dijo que no podía acudir a la cita a la que van lo más granado del Poder Judicial y el jefe del Estado porque tenía un compromiso ineludible a la misma hora. Se refería a un acto en un pueblo de Madrid.

 Como la excusa era muy endeble, arremetió contra el fiscal general del Estado, al que ha condenado antes de sentarse en el banquillo, igual que condenó a Pedro Sánchez antes de ser investido presidente del Gobierno. El hombre, que no cree en la presunción de inocencia, debe ser zahorí en sus luengos ratos libres. 

  Como este segundo subterfugio fue igual de pobre, se inventó un tercero sobre Pedro Sánchez. Dice que no quiere blanquearlo asistiendo al inicio del Año Judicial. Mañana se inventará que no va a ir más al Congreso para no blanquear la gestión del presidente del Gobierno. Es un sinsentido y un sinvivir. La repera.

  Feijóo tiene muchos problemas antes de llegar a la Moncloa y uno de ellos es que se rodea de pésimos asesores. De segundo y segundón en el partido tiene a Miguel Tellado, un paisano que un día fue nacionalista de izquierda y el siguiente se levantó conservador españolista. 

  Prefirió usar su capacidad memorística para hacer teatro y dramatizar antes que para apuntarse a unas oposiciones a fiscal o registrador de la propiedad, como su paisano Rajoy. Un hombre muy coherente que cada noche escribe las patujadas que va a proferir la mañana siguiente. Lo suyo es puro teatro.  Alguien aconsejó a Feijóo que se operara de la vista y se quitara las gafas para ser un líder más atractivo y moderno pero lo único que ha ocurrido es que está más míope que nunca y no da una en el clavo porque tiene la vista nublada. 

  El asesor que se inventa excusas para no acudir a actos institucionales es aún más miope que él. La primera justificación para no coincidir con el rey, la presidenta del Poder Judicial, el fiscal general del Estado y el ministro de Justicia es patética. Para el líder de la oposición es mucho más importante ir a un acto en la Comunidad de Madrid con su presidenta. Y además precisamente en Arganda del Rey, donde su exalcalde popular y 18 más de su grupo han sido condenados recientemente por el caso Gürtel, uno de los tantos de corrupción que sobrelleva el Partido Popular. 

  Si yo fuera Feijóo despediría a mis asesores de imagen y agenda inmediatamente. Es imposible hacer las cosas peor y con mayor torpeza. En el PP ya están buscando un candidato que lo supla, aunque sea con gafas. En el partido son especialistas en defenestrar presidentes.