Román Rodríguez, presidente de Nueva Canarias-Bloque Canarista (NC-BC), ha decidido no formar parte de la nueva dirección del partido tras 20 años al frente. Tampoco lo hará el secretario de Organización, Carmelo Ramírez. Ambos anuncian su retirada en un contexto interno marcado por tensiones y demandas de renovación.
Rodríguez presentó su informe de gestión en el VI Congreso de la formación, donde denunció que un sector crítico ha intentado “desvirtuar” el proyecto original con posturas que calificó de “populistas” y cercanas al regionalismo conservador. Según afirmó, estas acciones se han desarrollado fuera de los cauces democráticos y han arrastrado a cargos institucionales de NC, convertidos hoy, según sus palabras, en tránsfugas.
El ya expresidente del partido defendió la identidad nacionalista de izquierdas de NC-BC, frente a discursos “sin ideología” que pretenden situarse fuera del eje izquierda-derecha. También cargó contra Coalición Canaria por sus acuerdos con Vox en varios municipios, y pidió reforzar las alianzas progresistas como respuesta al avance de la extrema derecha.
Rodríguez reivindicó los logros de la formación en sus dos décadas de existencia, tanto en el Parlamento de Canarias como en el Congreso y en el Gobierno autonómico. Aseguró que el proyecto político sigue siendo necesario, pero en manos de una nueva generación.
Nueva Canarias inicia una etapa, en la que la principal incógnita será cómo gestionar la división interna sin comprometer la identidad política que ha definido al partido.
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