Me llevo la fiambrera
En el PP cada vez que montan un circo le crecen los enanos. Si un juez investiga a Santos Cerdán (los populares lo utilizan y capitalizan), otro magistrado imputa a Cristobal Montoro por extorsionar y aprovechar su privilegiada situación como ministro de Hacienda para medrar y enriquecerse ilegalmente. En el PP no solo había policía patriótica sino también Hacienda patriótica.
Si Ayuso critica a Pedro Sánchez por usar casas de Patrimonio Nacional para pasar sus vacaciones, como ocurre con La Mareta en Lanzarote, a renglón seguido a la presidenta de la Comunidad la cogen disfrutando de una casa rural que le costó a la Comunidad de Madrid siete veces más que el casoplón de Pablo Iglesias e Irene Montero.
Si Tellado (ese señor calvo, gordito y miope, según definición de la vicepresidenta Montero) acusa al presidente de España de copiar su tesis doctoral, sobre la marcha y sin solución de continuidad se descubre que Noelia Núñez, vicesecretaria general del PP recién nombrada por Feijóo este mismo mes, falseó su currículo inventándose tres carreras universitarias que no ha realizado.
En ese congreso del PP, Núñez Feijóo se hizo la foto oficial flanqueado por Aznar y M Rajoy. Tuvo una buena puntería para fotografiarse con los presidentes que más corrupciones han soportado sus gobiernos en la democracia. Y eso que el congreso del PP se hizo con la intención de confrontarse a las corrupciones socialistas de Cerdán, Ábalos y Koldo.
Aún no han entendido en el PP que no se puede escupir para arriba. Entiendo su desesperación porque desde hace siete años se cree con el derecho de propiedad para ocupar el palacio de la Moncloa, pero sigue en la oposición. Cree que Pedro Sánchez es un okupa que está al frente de un gobierno ilegítimo.
Lo cree firmemente desde 2018, cuando Pedro Sánchez llegó a la presidencia después de una moción de censura a M. Rajoy tras las sentencias determinantes y lapidarias contra un partido definido por la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo como organización criminal y que arrastra tras de sí múltiples casos de corrupción. Muchos más que los que tiene el PSOE y eso que los socialistas han gobernado bastantes más años que los populares en el último medio siglo de vida democrática tras la dictadura franquista. El PP ha llegado a tal ridículo esperpento que los populares de Lanzarote pidieron que se declarara a Pedro Sánchez persona non grata en la isla. Casualmente la isla donde veranea y promociona Canarias al exterior. Si son más tontos no nacen.
El PP ha celebrado esta semana el rechazo del decreto anti apagones en el Congreso cuando fue el PP canario el que propuso las principales medidas para reforzar la seguridad energética de las islas y evitar que se produzcan ceros energéticos como el de La Palma.
Para más inri, al PP nacional no se le ocurrió otra cosa que designar a Guillermo Mariscal, diputado por Las Palmas, para que defendiera el rechazo del Partido Popular, que volvió a votar en contra de PSOE y Coalición Canaria, igual que ocurrió con el reparto de niños inmigrantes.
Empiezo a pensar que en Génova hay un Tellado 2 muy sádico con sus compañeros de Canarias y prueba de ello es el papelón que le tocó esta semana a Mariscal y que le toca desde hace meses al vicepresidente del Gobierno de Canarias y presidente del PP en el archipiélago, Manuel Domínguez, con el maldito reparto de niños extranjeros.
El PP es ese que gobierna en las islas con Coalición Canaria y se opone al reparto de menores extranjeros en las comunidades gobernadas por ellos junto a la ultraderecha. Y luego el vicepresidente del Gobierno de Canarias y presidente del PP en el archipiélago tiene el cuajo de culpar al PSOE de que no se hayan repartido los menores inmigrantes que todavía llenan los centros de las islas.
Precisamente el PSOE votó a favor del reparto junto a Coalición Canaria, pero el pobre Clavijo no sabe ya qué hacer con su socio, si esconderlo en el armario o sacarlo a pasear. Manuel Domínguez se queja de manera hiperbólica y desorbitada de la cantidad de niños inmigrantes que hay en Canarias al mismo tiempo que sus conmilitones peninsulares le dan un corte de manga en sus narices. La esquizofrenia política es muy mala para la salud.
Lo del PP y el PSOE parece un capítulo de los dibujos animados del Coyote y el Correcaminos o del gato Silvestre y el canario Piolín. "Me pareció ver un lindo gatito", decía el canario enjaulado cuando silvestre merodeaba y salivaba. El PP es el coyote que cree que tiene en sus manos al Correcaminos, pero cuando se acerca a él se escapa velozmente sin ninguna posibilidad de ser cazado. Las cacerías humanas ya son cosas de la ultraderecha y de sus socios cobardes.
Noelia Núñez, de los Núñez Feijóo de toda la vida, ha sido obligada a dimitir porque después de lo de Cristóbal Montoro a ver quién es el guapo en el PP que rebate a los socialistas si la vicesecretaria general que ha sido cogida con el carrito de los helados no desaparece inmediatamente de la cúpula del partido.
Era el ojito derecho de la pizpireta Ayuso, que ha tenido una semana para olvidar. Primero la cogen disfrutando de una mansión de 4,3 millones comprada por su gobierno después de haber condenado a Sanchez por usar otras similares de propiedad pública. En segundo lugar, esta misma semana la juez ha decidido que su novio tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados por varios delitos fiscales tras rechazar sus recursos. Y en tercer lugar se descubre que su pupila preferida ha falsificado su currículo para presumir con los colegas de Nuevas Generaciones mientras tomaban cañas con berberechos en plena libertad matritense.
Ayuso tiene tan poco respeto por la juez que ha procesado a su novio que ayer echó la culpa de su acusación a los "comunistas bolivarianos" (sic), a los que hace responsables de su crítica situación personal y política.
Menos mal que ahora IDA se va de vacaciones porque si no la machacarían de la misma forma impía con la que ella se comporta con sus rivales. Lo único que se le ocurrió a la doña para justificar su fin de semana con su novio defraudador confeso es que compró la comida en un súper del pueblo y se la llevaron en un tupper. Con esta singular teoría, mañana me quedo yo en un hotel de cinco estrellas a todo lujo y les digo que no les pago porque, aunque utilice su habitación y su baño, yo me llevo la comida en una fiambrera de casa.
¿Pero a quién se le ocurrió poner de candidata a una mujer tan plana y simplona? Lo peor no es la cortedad mental y el sectarismo surrealista de la presidenta de la Comunidad. Lo peor es que hay gente que parecía mínimamente inteligente que la defiende e incluso la vota. La ignorancia es muy atrevida, como decía Feluco, mi profesor de matemáticas. Y la estulticia, no te digo.
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