El Teatro Circo de Marte fue escenario de dos funciones cargadas de emoción y simbolismo donde la Banda Municipal de Música San Miguel y la Peña de la Danza de Enanos ofrecieron un homenaje sonoro a la historia musical de las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen de las Nieves, cuyo acto central celebra este año su 70ª edición. Bajo el título “Un siglo de lustros: voces para anunciar la Bajada”, la propuesta impulsada por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma reunió a músicos y cantantes para reinterpretar un valioso repertorio vinculado a uno de los números más icónicos de la festividad.
Durante sesenta minutos, se sucedieron interpretaciones de cantos y apologías creados a lo largo del siglo XX, piezas que preceden a la célebre polca de la Danza de Enanos y que en esta ocasión recobraron protagonismo. La dirección musical corrió a cargo de Diego Arrocha, subdirector de la Banda, y de Fernando Martel, responsable musical de la Peña, quienes destacaron el valor de rescatar este legado y transmitirlo a nuevas generaciones.
El espectáculo contó con la participación del maestro de ceremonias Domingo Cabrera, cuya narración estuvo acompañada por la puesta en escena de los componentes de la Peña, caracterizados con trajes históricos utilizados en ediciones pasadas. La sobriedad escénica y la riqueza vocal contribuyeron a reforzar la solemnidad del acto.
El alcalde Asier Antona valoró positivamente la iniciativa, destacando su relevancia cultural y emocional, así como la labor de documentación sonora que permitió recuperar parte del patrimonio musical del municipio. En ese mismo sentido, el concejal de Cultura, Alberto Perdomo, subrayó que este concierto permitió descubrir composiciones muchas veces eclipsadas por la polca, aunque igualmente esenciales para comprender la fuerza expresiva de este número tan esperado.
Gran parte del repertorio presentado ha sido conservado gracias al trabajo sistemático de la Banda San Miguel desde 1980 hasta 2015, una tarea en la que fue clave la dedicación de su entonces director, Julio Hernández Gómez. Esa labor de recopilación ha permitido que estas melodías permanezcan vivas, manteniendo su conexión con la identidad colectiva del pueblo.
Al cierre, la voz del maestro de ceremonias recordó que la Bajada sigue siendo “un tesoro del palmero” que vibra con la ilusión contenida en cada nota, y que la polca, lejos de ser solo un ritmo festivo, constituye la banda sonora más poderosa del “controlado desorden” de la Danza del Enano.
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