PP o democracia

El líder del único partido nacional condenado por corrupción como organización criminal anima a los españoles a acudir este domingo a una manifestación multitudinaria contra la mafia a la que el PP invita a tutiplén con todo lo gastos pagados y contratando centenares de guaguas con avituallamiento incluido para pedir una vez más en la calle la dimisión de Pedro Sánchez.

 Como si Pedro Sánchez, con la cantidad de ocupaciones que tiene, le fuera a hacer caso a los simpatizantes del PP para presentar su renuncia. Alberto Núñez Feijóo, aquel presidente de la Xunta de Galicia que fue fotografiado junto al narcotraficante gallego Marcial Dorado en su yate, pide a los españoles que elijamos entre democracia y mafia. 

 No sé qué extraño interés tiene Feijóo para que podamos elegir entre democracia y Partido Popular. Es muy extraño todo. 

 Esta misma semana hemos podido asistir en directo a una surrealista comparecencia ante la prensa de una ex afiliada del PSOE que tiene más afán de protagonismo que el pequeño Nicolás. La oposición la acusa de maniobrar con empresarios procesados por corrupción para acabar con la cúpula de la UCO de la Guardia Civil pero ella lo niega tajantemente y asegura que su único interés era escribir un libro sobre las cloacas del Estado y las fuerzas de seguridad. 

 Sea lo que sea, su actuación huele muy mal y el subterfugio es poco sólido, aunque en todo caso eso lo tendrán que determinar los jueces y no los políticos. La oposición no sabe el alcance de este asunto pero desde el principio ha tratado de embarrar el campo para sacarle partido, haciendo acusaciones sin ninguna apoyatura probatoria.

 El PP siempre tira a matar a ver si la flauta de Bartolo suena por casualidad. Por ahora no hay ninguna prueba de que el Partido Socialista esté detrás de la actuación anómala o presuntamente delictiva de Leire Díez pero para Feijóo está todo tan claro que no es necesario molestar al juez de guardia.

  Según dice ella, su interés era simplemente sacar a la luz los garbanzos negros de las fuerzas de seguridad del Estado. Lo que sí es seguro es que no fue ella la que inventó la policía patriótica, que inventaba pruebas para culpar falsamente a los partidos de izquierdas, a la vez que exculpaba al PP de sus ilegalidades y burdas tropelías. Eso sí es un hecho pero a Feijóo no le interesa hablar de él. Prefiere especular a su favor. 

  Jorge Fernández Díaz, ex ministro del Interior de Rajoy, es el que está procesado por esa razón y por ello el fiscal le pide quince años de cárcel, igual que a su número dos, Francisco Martínez, director general de Seguridad del Estado y por lo tanto jefe de la policía, también de la mal llamada patriótica, que acaba de entrar y salir de la cárcel por otro asunto de corrupción económica e informática.

  La presunta fontanera de las cloacas del Partido Socialista no se considera fontanera sino periodista, pero este mismo miércoles hizo una comparecencia pública ante sus colegas sin admitir una sola pregunta. Menuda periodista. 

  Esta esperpéntica mujer que se ha relacionado con las alcantarillas de algunos empresarios procesados por corrupción está aprendiendo de los líderes políticos mediocres que se están acostumbrando a convocar a la prensa sin admitir preguntas. Que es tanto como hacer una mayonesa sin aceite, un ron sin alcohol o un plátano sin potasio.

 No se puede llamar rueda de prensa a una comparecencia ante los medios de comunicación rechazando previamente cualquier pregunta de los periodistas. Esta tal Leire Díez, muy conocida en su casa a la hora de comer, no tuvo ni siquiera los quince minutos de fama de Andy Warhol porque su declaración solo duró la mitad. 

 La culpa de esto la tenemos los periodistas que acudimos a la llamada de cualquier cenutrio aceptando no hacer ni una sola pregunta. Si los periodistas boicoteáramos todas esas convocatorias en las que previamente se anuncia que no se admitirán preguntas, otro gallo nos cantaría. 

 Los políticos de baja calidad hacen perder el tiempo a los profesionales de la información porque si no van a contestar a ninguna pregunta lo mejor que pueden hacer es un comunicado y remitirlo a las redacciones de los periódicos. Mientras los periodistas sigamos acudiendo a las convocatorias de tanto berzotas estamos perdidos y además cada día malgastamos más la dignidad que nos va quedando. 

 Fulanita, ¿usted nos convoca sin admitir preguntas? Pues escriba un comunicado y mándelo al periódico, que yo no soy ningún escribano ni mercenario a su servicio ni estoy aquí al dictado de cualquier merluza. Ni quiero ser actor secundario de un esperpéntico bodevil ni el payaso del circo en el que crecen los enanos.

  Por si fuera poco la estrafalaria imagen de esa tal Leire, que nadie la conocía hasta que se ha paseado por los platós televisivos para vender un libro que aún no ha escrito, el comisionista Víctor de Aldama, empresario procesado por un pufo de 182 millones por la estafa de hidrocarburos, apareció por sorpresa en la sala del hotel rodeado de cámaras de televisión y fotógrafos para montar su numerito y compartir con la doña su cuarto de hora de fama. Aunque no de gloria. 

 Tras un enfrentamiento de teatro barriobajero con la fontanera, Aldama volvió a amenazar al presidente del Gobierno como lo hizo en su primera salida de prisión, prometiendo pruebas que aún no ha aportado al juez. Sin embargo, el juez, en connivencia con el fiscal (que inexplicablemente dicen que depende del gobierno), le ha permitido una libertad provisional que parece eterna a este matón de discoteca de bajos fondos. 

 Aldama aprovechó su show con Leire Díez para pedir el voto para Feijóo con el fin de echar de una puñetera vez a Pedro Sánchez de la Moncloa. Qué flaco favor le hizo al presidente del PP y líder de la oposición. Esta gente que nos pide el domingo que nos decantemos por la democracia o por la mafia no tiene ni puta idea sobre el significado de democracia. De la mafia y la corrupción sí sabe mucho. Está doctorada en ellas.

 A la derechona española nunca le ha gustado mucho la democracia y de hecho cuando le toca estar en la oposición es incapaz de adaptarse y siempre pretende acabar con el gobierno a base de manifestaciones y campañas sucias, no a través de las urnas. Aún no sabe que por muchas manifestaciones que organice, nunca podrá poner en la calle a 25 millones de españoles para demostrar que ed realmente la verdadera mayoría.