La propuesta de una tasa turística para el Archipiélago se instaura en el debate político, esta vez incentivada por el partido socialista en el Parlamento autonómico, tras el precedente establecido en el municipio de Mogán, pionero en territorio nacional en aplicar un gravamen de estas características.
Desde esta óptica, Carlos Álamo (PSOE), responsable insular de Turismo, ha mostrado su apoyo a la iniciativa, aunque considera que su aplicación eficaz debe depender del Ejecutivo canario. “Si lo impulsa el Ejecutivo autonómico, evitamos que las islas compitan entre sí y aseguramos una aplicación homogénea”, declaró a Maspalomas Ahora.
Álamo ha precisado que esta medida fiscal no está pensada para afectar a los habitantes locales, sino que se orienta exclusivamente a los visitantes procedentes del exterior. El propósito, indica, es "contribuir a la sostenibilidad medioambiental, a la mejora de equipamientos públicos, a la renovación de la planta hotelera y a una distribución más equitativa de la riqueza generada" por el sector vacacional.
Del mismo modo, el impuesto busca corregir la actual "infraimposición fiscal del sector turístico en las islas", dado que su participación en el "sostenimiento de infraestructuras y servicios esenciales" no se corresponde con el volumen económico que genera.
En esta línea, el consejero ha planteado una revisión del modelo tributario que contemple tarifas diferenciadas en función de la categoría del establecimiento alojativo: entre 2,50 y 3 euros por noche en hoteles de cuatro y cinco estrellas, y alrededor de 1,5 euros en complejos de inferior categoría, como apartamentos turísticos.
También, desde el grupo progresista, se ha formulado una posible reducción del 50 % del importe total a partir del octavo día de estancia, con el objetivo de fomentar el turismo de larga duración.
Asimismo, el titular del área ha subrayado que los datos actuales respaldan esta propuesta. En 2024, la región recibió más de 4,7 millones de visitantes, con una facturación que superó los 6.100 millones de euros y, según estimaciones, la aplicación del nuevo tributo podría traducirse en “millones de euros” destinados a fortalecer los servicios públicos y promover un desarrollo más equilibrado en el territorio.
“El político tiene que estar atento a lo que demanda la sociedad, y lo que se está reclamando es una mejora de la calidad de vida, una apuesta decidida por la sostenibilidad, y soluciones reales al problema de la vivienda”, remarca.
Ante las posibles objeciones, el consejero fue claro: “Si el Gobierno de Canarias hace bien su trabajo, no tendrán que ser otras instituciones las que se inventen tasas aisladas en cada isla". "El turismo", insiste, "debe ser una herramienta para transformar la vida de los canarios, pero no podemos permitir que se haga a costa del deterioro de nuestro territorio”.
“Canarias es un destino turístico competitivo. Si actuamos de forma coordinada, será más fácil alcanzar los objetivos que compartimos. No se trata de competir entre nosotros, sino de ir juntos hacia un modelo turístico más justo y sostenible”, sentencia.







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