El misterio del taxi desaparecido y la centralita fantasma

Un vecino de San Bartolomé de Tirajana ha denunciado una experiencia surrealista con un taxista del municipio. Según relata, tras hacer su compra en Mercadona, solicitó un taxi para que lo llevase primero a la farmacia y luego a su casa. Nada del otro mundo, ¿verdad? Pues parece que sí.

El vecino le pidió al taxista que lo esperara unos minutos mientras entraba en la farmacia. Pero al salir, la sorpresa fue mayúscula, el taxi había desaparecido y, con él, su confianza en el servicio. Lo más alarmante es que su compra quedó abandonada en plena calle, expuesta a cualquiera que pasara por ahí. No hubo explicación, no hubo cobro, solo el desconcierto de haber sido dejado atrás sin previo aviso.

Si el taxista tenía una urgencia, ¿no era lo mínimo informarle al cliente y cobrarle hasta el punto donde lo dejó? ¿Desde cuándo los taxis incluyen el servicio de “abandono exprés de clientes y compras”? ¿Este es un caso aislado o es parte de una tendencia preocupante dentro de un pequeño sector del gremio?

Pero este no es el único problema que denuncian los vecinos. Cada vez es más común que cuando intentan solicitar un taxi por teléfono, se enfrenten a una espera interminable. Hay quienes aseguran haber estado una hora o incluso hora y media intentando contactar con la centralita sin éxito.

¿Qué pasa si hay una urgencia? ¿Si alguien necesita un taxi de inmediato para acudir al médico, al aeropuerto o simplemente para moverse por el municipio? ¿Cómo es posible que en pleno 2025 el servicio de taxis de San Bartolomé de Tirajana funcione con semejante dejadez?

El gremio del taxi es fundamental para la movilidad del municipio, pero entre desapariciones repentinas y una centralita fantasma, ¿cómo puede la ciudadanía confiar en su servicio? ¿Habrá alguna respuesta por parte del sector?

Queda en el aire la pregunta: ¿coger un taxi en San Bartolomé de Tirajana es una garantía de transporte… o una apuesta de alto riesgo?