Una gran oportunidad

Los próximos años van a ser claves para el futuro de esta ciudad. De la capacidad de esfuerzo colectivo, inteligencia y altura de miras que ahora demostremos, va a depender que Telde afronte con garantías de éxito sus dificultades y retos. De no ser así, a las razones conocidas ya por todos, se podrían unir las consecuencias derivadas de un escenario de crisis económica general, del que sólo saldrán airosas y reforzadas las ciudades que, pese a ello, apuesten fuerte por sus posibilidades. Somos conscientes de que no sólo con buenas ideas, anhelos compartidos y unidad de acción se consiguen los objetivos que nos marcamos en la vida personal y colectiva, pero también es cierto que estos ingredientes son siempre fundamentales para arrancar con fuerza en pos de su conquista. Nuestra ciudad ha dado esta semana pasos de gigante en su determinación y firme decisión de ganar su futuro. Que el gobierno de Telde y los partidos políticos que trabajan por ella desde la oposición, se hayan comprometido a unir sus fuerzas para sacar adelante los pilares del Plan Estratégico Telde 2015, así como un modelo de participación ciudadana de gran calado que viene a fortalecer, aún más, nuestro sistema democrático, representa un punto de partida de notable dimensión para este municipio. Y lo es por partida doble. De un lado, porque puede suponer el ansiado y definitivo cierre a una etapa que ha propiciado más sobresaltos, desencuentros y frustración colectiva que el necesario sosiego y puesta en común que ahora necesita tener esta ciudad para no perder, definitivamente, el tren de su progreso. De otra, porque estamos ante una gran oportunidad para que se pueda producir la superación definitiva del desencuentro entre teldenses, la cicatrización de las heridas dejadas por los acontecimientos, en definitiva, para que se de un clima de ilusión colectiva que convierta la superación de esos retos y la consecución de los seguros logros futuros en algo de todos y todas. Con el Plan de desarrollo estratégico mentado, Telde va a poder afrontar no ya sólo su segunda modernización interna, sino su encaje en la Gran Canaria y Canarias de este primer cuarto del siglo XXI, cuya planificación ya está tomando forma con iniciativas de gran calado. Nuestra ciudad debe estar en condiciones de poder estar en primera línea, de lo mucho que van a dar de sí la ampliación del Aeropuerto de Gran Canaria y la construcción de ese tren que va a conectar el Norte y Sur de Gran Canaria. Iniciativas ambas que pueden llegar a vertebrar todo un conjunto de oportunidades que Telde debe aprovechar, pero que anticipo desde ya, también contarán con la voz, opinión y respeto a la decisión de los vecinos/as. Ya no sólo se trata de ordenar nuestro planeamiento urbano futuro con rigor, seriedad y perspectiva, para así responder de manera consecuente al tipo de ciudad en la que queremos vivir. Ahora también hablamos de diversificar nuestra economía, de atraer turismo que nos visite y consuma en nuestra ciudad, de dar salidas nuevas a nuestros agricultores y ganaderos, de dinamizar en mejores condiciones nuestro sector industrial y atraer inversión que permita la creación de riqueza y empleo de calidad. En definitiva se trata de estudiar nuestras debilidades para convertirlas en fortalezas que nos permitan dar el salto al futuro. Todo eso, ha dado su primer paso esta semana con la firma por todos los partidos políticos con representación en la corporación de un compromiso sincero de unidad de acción en torno al Plan estratégico. Un espíritu que debería presidir todas las instituciones representativas pero que en Telde se hacía doblemente necesario. Puede que estemos no sólo ante una herramienta de cambio para Telde sino ante una estupenda oportunidad para el reencuentro entre los/as teldenses. Este esfuerzo colectivo se vería menguado en potencial y riqueza, si no estuviera acompañado de un fuerte espaldarazo a la participación ciudadana. Una participación que, con el modelo que se propone levantar, va a ir más allá de las puestas en escena y los gestos de cara a la galería. Necesitábamos unos órganos de participación acordes a nuestras aspiraciones y valores democráticos de siempre, pero también adaptados a los nuevos tiempos. Y el momento llega ahora, cuando habiendo quedado casi cubiertas con el paso del tiempo las necesidades y equipamientos más básicos, la ciudad aspira a dar un gran salto cualitativo y superar además sus especiales circunstancias. Los tagoror de distrito, estos nuevos reglamentos y la filosofía de participación que los envuelven, van a contribuir a hacer una realidad lo manifestado. Estamos ante una gran oportunidad. A todos y todas nos obliga ser consecuentes con ello.