Un interno del Centro Penitenciario Las Palmas II, ubicado en Juan Grande, falleció el pasado 19 de noviembre tras atragantarse durante la cena en la enfermería. Claudio P. A., quien sufría problemas de deglución y requería una dieta específica, recibió alimentos sin triturar, lo que habría provocado el trágico desenlace.
En el momento del suceso, según fuentes del propio centro penitenciario, el personal sanitario estaba compuesto únicamente por dos técnicos de ATS, lo que imposibilitó la realización de maniobras complejas, como una traqueotomía. Por ello, y a pesar de los esfuerzos de los internos ordenanzas, que contaban con formación básica en primeros auxilios, no fue posible salvar la vida del recluso.
Este incidente, de acuerdo con empleados del establecimiento, evidencia la insuficiencia de personal médico en la prisión, que alberga a más de 1.000 internos. Además, la atención sanitaria presencial en los módulos ha disminuido de manera considerable debido a la carencia de profesionales, afectando tanto la respuesta ante emergencias como la correcta administración de tratamientos médicos.
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