Allí, entre el barro y la desesperanza, el dispositivo de emergencias de Canarias llegó a una Valencia herida, asolada por una DANA.
Los 70 efectivos enviados desde las islas tomaron una primera misión que era habilitar un banco de alimentos. La tarea era clara pero requería trabajo sin descanso. Desaguaron y recuperaron la electricidad en la primera planta de un centro comercial que, hasta anteayer, era una piscina lodosa y oscura.
Los voluntarios empezaron a mover cajas, apilando alimentos y enseres de primera necesidad. Todo aquello que permitiría sostener a los que más lo necesitan, a los que el agua había dejado sin más horizonte que el de la supervivencia. Y por fin, pudieron instalar el banco de alimentos.
Hoy, martes 5 de noviembre, no habrá tregua. El equipo canario se lanzará al achique y limpieza del aparcamiento del mismo centro comercial para desentreñar otra capa de esa herida abierta. Una vez despejado, quedará instalado el Puesto de Mando Avanzado, el PMA del Gobierno de Canarias, un puesto firme desde el que seguir sacando a Valencia, centímetro a centímetro, de su desastre.







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