Wall Street ha comenzado octubre envuelto en una neblina de incertidumbre y volatilidad que tiene a todos los accionistas y especuladores en ascuas. Los mercados no han parado de fluctuar a consecuencia de los últimos cambios geopolíticos y económicos que están sacudiendo no solo a esta, sino a todas las bolsas del mundo. Octubre, que suele ser un mes complicado para las inversiones, está arrancando con fuerza en los mercados americanos.
Es importante saber cómo funciona wall street para poder llegar a la raíz de estos fuertes movimientos, pero es posible hacer un análisis contextual y de los últimos días para llegar a conclusiones claras y acertadas. La volatilidad suele ser habitual en este mes, y en 2024 lo está dejando claro por enésima vez, aunque esta vez hay de por medio factores tan importantes como el conflicto de Oriente Medio y unos mercados internacionales que ya estaban mostrando pautas anómalas en los últimos meses.
¿Qué está potenciando la inestabilidad de Wall Street?
La escalada del conflicto entre Palestina e Israel en Oriente Medio ha sido un fortísimo catalizador para la volatilidad de Wall Street. Todos los mercados están en estado de alerta por la influencia de lo que está sucediendo en el precio del petróleo, y por lo que supone a su vez para toda la economía global. Hay cierto temor a que se provoque un efecto dominó que afecte a más mercados energéticos internacionales y, por extensión, a sus respectivas economías.
De hecho, el crudo ya ha subido de precio en las últimas semanas por esta incertidumbre, elevando la preocupación a nivel mundial. La mayoría de empresas que se ven más afectadas por las subidas de precio de la energía en general, destacando el transporte y la manufactura, van a ver afectada la rentabilidad de su negocio, y esto pasará factura a más sectores encareciendo precios y recortando márgenes.
No es el único factor que está afectando directamente al mercado americano. Es imposible ahondar en esta situación sin hablar del papel de la FED, que ha tenido que reforzar las restricciones de sus políticas monetarias para combatir la inflación del dólar. Jermoe Powell, presidente de la FED, anunciaba recientemente que planean bajar las tasas de interés ahora que la situación parece algo más controlada en cuanto a la inflación, pero también ha adelantado que harán ajustes en base a la evolución económica, ya que actualmente es difícil tener un frente claro al respecto.
Un anuncio que ha llegado tras subidas de tipos constantes que afectaban directamente a las empresas, encareciendo su financiación y complicando su situación. A pesar de las declaraciones de Powell, el escepticismo ha inundado tanto Wall Street como a los empresarios, que prefieren ver hechos antes que palabras y están adoptando posturas mucho más conservadoras.
Wall Street, a la espera de resultados
Aunque se hable de los factores externos y el papel de la FED, también hay que valorar los últimos resultados financieros y económicos del tejido empresarial estadounidense. Hay una robustez claro, sin embargo, hay datos preocupantes en determinados sectores, principalmente en el inmobiliario y el de la industria. Hay menos movimiento en el mercado de inmuebles y las plantas de producción y distribución tienen menos influencia a medida que las grandes empresas buscan lugares más baratos en los que poder fabricar. Algo lógico, dada la pérdida de valor del dólar y el encarecimiento de los procesos.
Por eso, Wall Street tiene la mirada puesta en los resultados financieros del Q3/Q2 de las empresas locales. Aunque ya hay rumores al respecto, los mercados están expectantes para saber cómo se saldan las cuentas de las compañías al cierre de trimestre, cuyos resultados están a la vuelta de la esquina. Sus cifras dejarán claro si hay recuperación, si se necesita tiempo o si las heridas son más profundas de lo que aparentaban. Afortunadamente, hay un fuerte optimismo entre los sectores de defensa y energía, los principales beneficiados por el contexto geopolítico actual.
Todo esto está haciendo que octubre de 2024 sea un mes especialmente delicado para la bolsa norteamericana. El conflicto palestino-israelí no muestra síntomas de mejoría, las elecciones se acercan cada vez más y la tensión se palpa en el ambiente. El país necesita un estímulo que arroje tranquilidad a sus mercados y que alivie la sensación de cautela que está extendiéndose entre las empresas, los inversores y Wall Street en general.
Las fechas claves se acercan. Las grandes compañías pronto pondrán las cuentas sobre la mesa, la FED pronto empezará a instaurar sus nuevas políticas y el país pronto podrá revelar quién es su nuevo dirigente. Sin duda, la recta final de 2024 va a quedar para el recuerdo de todos los estadounidenses, sobre todo para aquellos que manejan las grandes fortunas que se mueven a diario entre acciones y operaciones de compraventa. Wall Street está que arde.
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