El Consorcio de Emergencias de Gran Canaria ha equipado una pared de 140 metros en la cumbre, conocida entre escaladores por su complejidad, con el objetivo de facilitar rescates seguros. Esta medida responde al aumento del 60 % en los accidentes de montaña desde la pandemia, que afecta tanto a excursionistas como a deportistas.
Gran Canaria, con su accidentada geografía llena de riscos y paredes de hasta 250 metros, requiere una adecuada preparación y formación antes de realizar actividades al aire libre. Por ello, la intervención del Consorcio busca prevenir incidentes en puntos críticos y difíciles de acceder, protegiendo tanto a las víctimas como a los rescatadores.
En este sentido, utilizando técnicas de rescate ecológico, se han instalado estratégicamente seis anclajes que permiten movimientos seguros y un posicionamiento adecuado para las evacuaciones.
Así, la pared está ahora preparada para que un equipo de tres técnicos en rescate vertical pueda operar en grandes alturas, estabilizar a los accidentados y acompañarlos durante la evacuación, con la capacidad de rescatar hasta cinco personas a la vez.
Además, este espacio servirá como lugar de entrenamiento y formación para los bomberos, mejorando su especialización y capacidad de respuesta en situaciones complejas, indica un comunicado.
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