En pleno centro del caldero veraniego, las zonas turísticas de San Bartolomé de Tirajana, Maspalomas y Mogán, en el sur de Gran Canaria, viven un calor de barbacoa. Con temperaturas que superan alegremente los 36 grados y una sensación térmica que parece de otro planeta, el calor no da cuartel ni a los locales ni a los turistas. Y lo peor es que estas altas temperaturas no son pasajeras, ya que según los meteorólogos se extenderán durante todo el mes de agosto e incluso septiembre. Afortunadamente, no se espera una entrada de la primavera tan calurosa y extensa con calima como la que sufrimos el pasado año. En las medianías, donde el calor pega con más mala leche, el termómetro se dispara más que en las zonas costeras.
Las medianías, el infierno
En pequeños pueblos rurales como Fataga, Tunte, o el propio Barranco de Arguineguín, el calor es tan sofocante que hasta el aire parece espeso, como si te estuvieran cocinando en un caldero gigante. Aquí, las brisas marinas son solo un mito, y el bochorno ha decidido quedarse de ocupa. Y, por si fuera poco, la calima ha hecho de las suyas cada vez con más frecuencia.
Para los que se atreven a subir a estas zonas más altas, el calor es una prueba de fuego, y la sombra se convierte en el tesoro más buscado. Si no tienes la suerte de tener una piscina a mano o no te puedes encerrar en casa con el aire acondicionado a tope, te toca aguantar bajo un sol que no tiene piedad. Y no es broma, los rayos ultravioleta están tan fuertes que si no te cuidas, te chamuscas en dos patadas. Así que a sacar el protector solar y el sombrero de ala ancha, que aquí no se juega.
En la costa, un respiro transitorio
Mientras tanto, en las zonas costeras de Maspalomas y Mogán, en el sur de la isla, las brisas del Atlántico dan un pequeño respiro. Pero que nadie se engañe, porque el aire acondicionado se ha convertido en el nuevo mejor amigo de todos, ya sea en hoteles o en apartamentos turísticos. Las playas y piscinas están a tope, llenas de turistas nacionales que buscan refrescarse como sea, ya sea en el agua o bajo las sombrillas.
Las terrazas de los bares y restaurantes también están haciendo su particular agosto, aunque la alegría se enfría un poco cuando llega la cuenta. Muchos clientes se quejan de que los precios están por las nubes, y no es para menos, que parece que te están cobrando hasta por respirar. Aunque los registros de turistas siguen siendo bastante altos, el gasto ha bajado considerablemente debido a los altos precios en restaurantes, cafeterías y en los propios hoteles. El apartamento se mantiene como el alojamiento estrella, ya que ofrece facilidades para realizar las compras en los supermercados y gestionar los gastos de manera más controlada.
Ocupación hotelera y precios
Aun con todo, el turismo nacional está en alza, llenando hoteles y complejos de apartamentos que, tras un comienzo de año incierto, ven en este verano un rayo de esperanza. Las actividades de ocio, desde excursiones en barco hasta deportes acuáticos, están en pleno apogeo, aunque siempre con la sombra de esos precios altos que empañan un poco la experiencia. Además, cada vez es más frecuente el desplazamiento diario de vecinos de la isla para disfrutar del día en el sur, aprovechando el buen tiempo para escapadas cortas y económicas.
Incertidumbre Climática
Y aquí surge la gran pregunta, que cada vez más se cuela en las conversaciones bajo la sombrilla: ¿es este calor abrasador el resultado de un cambio climático imparable, o simplemente una racha de veranos especialmente calurosos? Los expertos están divididos, y mientras algunos señalan con el dedo al calentamiento global como el gran culpable, otros argumentan que estas olas de calor son cíclicas y siempre han estado ahí, aunque ahora las notemos más.
Al norte, la Panza de Burro
Sin embargo, mientras el sur arde bajo el sol, el norte de la isla, incluyendo Las Palmas de Gran Canaria, parece estar viviendo en otro mundo, con temperaturas bien distintas gracias a la famosa "panza de burro". Este manto de nubes grises cubre casi todo el tercio norte de la isla, refrescando la temperatura y creando un ambiente mucho más soportable. En estos días, incluso se han registrado pequeños episodios de lloviznas. “Llueve pa más calor”, se suele decir.
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