Los logros y avances de una comunidad, sólo se pueden apreciar en su justa medida cuando se compara la situación de la que partía ésta con la más vigente, la más actual. Cuando la primera corporación democrática tomó las riendas de esta ciudad en el año 1979, nuestro municipio carecía de los servicios y equipamientos más básicos, de las infraestructuras mínimas necesarias para poder impulsar el progreso y desarrollo armónico de su población y economía.
En 30 años de esfuerzo colectivo de todos los teldenses la misma ha pasado, de tener escolarizados sólo al 15% de sus menores a ver construidos y dotados 41 centros educativos repartidos por todos los barrios del municipio; de tener una red de saneamiento que sólo cubría al 5% de su población, a ser hoy insignificante el porcentaje que no dispone aún de ella.
Hace poco más de dos décadas, sólo el 20% de los teldenses contaba con electricidad, sólo un 10% disfrutaba de agua potable en su casa, de los más de 50 barrios existentes tan sólo 3 contaban con un asfaltado y encintado medianamente digno de sus calles. Y así un largo etcétera que colocaba a Telde como ciudad de tercera división, en las antípodas de lo que hoy es.
Aquella ciudad de hace casi 30 años que vivía de espaldas a sus barrios, que no disponía de zonas verdes, que sólo era un lugar de paso hacia el sur de la isla o dormitorio para quienes trabajaban fuera de ella, es hoy una gran ciudad porque nos atrevimos a soñarla entonces próspera, moderna, cohesionada y a la altura de los tiempos que vivimos. La ciudad que a comienzos de este siglo había pasado de un sólo centro de salud a 9, de apenas 3 locales sociales a 60 cedidos a sus asociaciones de vecinos/as, de una cancha deportiva a 30, de un campo de fútbol a 10 dotados con césped artificial, a tener 3 grandes parques urbanos y así una larga lista de logros, es la ciudad repito, que supo conquistar su primera modernización gracias al empuje y la unidad de acción protagonizada por sus asociaciones de vecinos, empresarios y gobierno municipal.
Aquella ciudad hubiera sido otra de haberla dejado en manos de quienes nunca han tenido más vocación que sus propios asuntos; hubiera sido otra, de haber estado bajo la responsabilidad de quienes nunca se han atrevido a pensar en clave de más futuro que el suyo personal. A los vergonzosos hechos conocidos nos remitimos como muestra.
Toca ahora emprender su segunda modernización, la que nos va a consolidar definitivamente como tercera capital de Canarias. Corren tiempos difíciles, cierto, pero también lo eran hace 30 años. Hoy como ayer, estamos convencidos de que en esta ciudad tenemos la principal materia prima para convertir esos retos en realidades, esas dificultades en oportunidades y nuestra dignidad herida en fuerza suficiente para recobrar el orgullo como ciudad.
Hablamos de colocarnos en la próxima década como el municipio de referencia cultural y de visita obligada de los millones de turistas que visiten la isla gracias a una oferta no alojativa de sello propio; hablamos de darle la oportunidad a Telde de convertirse en el primer distrito universitario digital de Canarias y la correspondiente atracción de miles de jóvenes de Telde, Gran Canaria y Canarias que completarían sus estudios universitarios sin salir de las islas; hablamos de convertirnos en ciudad de importantes eventos musicales, artísticos y culturales a poco finalicemos ese Palacio de la Música y de las Artes que tan torpemente se ha dejado languidecer.
Hablamos pues del reto que supone construir la ciudad de oportunidades y calidad de vida que estamos obligados a intentar conquistar si de verdad queremos a esta ciudad y la deseamos aún mejor para las próximas generaciones de teldenses y canarios. Hablamos de un movimiento ciudadano y empresarial que va a volver a ser protagonista junto al gobierno de nuestra ciudad, de la segunda gran modernización de Telde, porque va a poder participar activamente en ese proceso de avance desde órganos democráticos sin igual en las islas.
Hablamos de impulso de un gran plan estratégico. Un plan serio, bien cimentado, moderno y a la vez enriquecido por todos/as. Hoy como ayer, como hace 30 años, habrá quien quiera aferrarse al pasado, a no ver más allá, a dividir, pero aún así, la segunda modernización de Telde ya está en marcha.
Aureliano Francisco Santiago Castellano, alcalde de Telde







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