El consejero de Turismo de Gran Canaria, Carlos Álamo, ha lamentado la quiebra de FTI, una entidad que ha colaborado "de manera significativa durante décadas" con la isla capitalina; aunque prevé que la cantidad de clientes afectados sea "absorbida" por otros touroperadores competidores.
Según un comunicado, el consejero ha explicado que la principal preocupación reside en las "posibles facturas" que puedan quedar sin pagar. No obstante, afirma que "una gran mayoría de viajeros afectados van a poder continuar sus vacaciones como estaban previstas".
Álamo ha destacado la resiliencia del destino, las garantías del gobierno alemán mediante el seguro DRSF, y el interés de otras empresas en asumir la clientela afectada, lo que podrá "reducir al mínimo los efectos negativos sobre nuestro destino y empresas”, expresó.
En este sentido, el consejero subrayó que la experiencia con la crisis de Thomas Cook permitió establecer mecanismos para proteger a trabajadores, empresas y clientes, confiando en que los efectos negativos sean mínimos.
Además, señaló que la consejería ha seguido de cerca la situación de FTI, advertida por los técnicos del Cabildo en presentaciones de mercado antes de la Feria ITB de Berlín.
En este contexto, Álamo advirtió que la pérdida de fuerza de FTI ha sido gradual y que los clientes afectados podrán ser absorbidos por otros touroperadores, como TUI, Schauinsland y Bentour, quienes ya han reaccionado ofreciendo nuevas ofertas.
Respecto a los posibles despidos, se estima que unos 1.500 trabajadores podrían verse afectados. Álamo confía en que estos profesionales del sector turístico, con años de experiencia, encontrarán empleo rápidamente en otras empresas, "sin problemas más allá de las posibles facturas de los hoteles que se queden sin pagar, que es lo que más nos preocupa”, reafirmó.
La deuda de FTI, cercana a los 1.000 millones de euros, se acumuló principalmente durante la pandemia. Además, las "negociaciones" con un inversor norteamericano no prosperaron debido a la "negativa" del gobierno alemán de "condonar la deuda".
Aunque este es el tercer grupo turístico de Alemania, "la realidad es que FTI había perdido mucho terreno y volumen de mercado, especialmente con los destinos españoles y los canarios", señaló.
FTI operaba con una previsión de 64.000 clientes para este año, de los cuales 35.000 eran de Alemania. Sin embargo, esta cifra es baja en comparación con los 80.000 visitantes que movía antes de la pandemia. En 2023, llevaron 52.000 clientes a Gran Canaria, de ellos 30.300 desde Alemania.
En Gran Canaria, FTI opera con unos 20 hoteles, en su mayoría arrendados, que seguirán funcionando si otros operadores adquieren y comercializan esas camas, evitando una pérdida significativa de empleos.
El consejero también informó que el seguro DRSF, creado por el gobierno alemán en 2021, protegerá a muchos de los 65.000 clientes de FTI en todo el mundo, garantizando que recuperen su dinero si tienen al menos dos módulos del paquete turístico contratados.
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