La isla de Gran Canaria cuenta en la actualidad con 13.255 viviendas vacacionales, y desde 2021 ha experimentado un aumento de más del 50% en esta modalidad de alojamiento. Carlos Álamo, consejero de Turismo del Cabildo de Gran Canaria, ha proporcionado este incremento y respalda el Anteproyecto de Ley de ordenación sostenible del uso turístico de viviendas, que considera "importante y necesaria" por el crecimiento sin regulación específica que ha experimentado este modelo alojativo en los últimos años.
En una entrevista con Maspalomas Ahora, detalla la importancia de regular esta actividad, con las características únicas de cada isla o territorio, además de establecer unos estándares de calidad. Por ende, ha anunciado su compromiso de colaborar con el Gobierno de Canarias para asegurar que tanto la industria turística como los ciudadanos de Gran Canaria puedan beneficiarse de esta nueva ley.
Preguntado por la manifestacion que tendrá lugar el 20 de abril bajo el lema 'Canarias tiene un límite', y la polémica generada en torno a la "Turismofobia”, el consejero reconoce que hay “un malestar social” relacionado con los salarios, el costo de la vivienda y la preocupación por el abuso del territorio. Sin embargo, señala que “estos son males o problemas genéricos de un modelo de sociedad que se escapa de la responsabilidad del cliente”. Por tanto, considera necesario evitar la confrontación directa con los turistas para preservar la imagen del sector, aunque cree que estos episodios "no se han dado en Gran Canaria".
“Entiendo que la riqueza que genera el sector puede y debe estar mejor repartido. Nosotros desde Turismo de Gran Canaria llevamos años diciendo que el número de llegada de clientes, sin más análisis, no puede indicar el éxito o fracaso de una temporada. Para que la isla sea verdaderamente sostenible tanto para su medio ambiente como para su sostenibilidad social, es necesario priorizar la facturación y la llegada de un cliente de mayor gasto y calidad, sobre el número de llegadas como único criterio” indica. Y es ahí donde Álamo halla la clave, en promover un turismo que impulse la economía local a través de actividades fuera de los hoteles, como descubrir municipios, la gastronomía y la compra de productos.
“Tenemos una isla que es limitada en recursos y en espacio, con un atractivo natural que es el elemento que nos diferencia y nos hace atractivos para el visitante y debemos cuidarlo”.
El consejero se muestra preocupado por la fragilidad del equilibrio ambiental en la isla, porque a pesar del atractivo natural que distingue a Gran Canaria, la crisis climática representa una amenaza (como ha mencionado en otras ocasiones), con el aumento de los episodios de calima y las temperaturas durante los meses de invierno que “lo puede cambiar todo”.







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