En un artículo del periódico británico The Telegraph, se revela un preocupante aumento de la turismofobia en las Islas Canarias. Los murales con mensajes como "Turista, respeta mi tierra" adornan algunas calles, mientras una minoría ruidosa pero influyente hace oír su descontento con los visitantes.
A pesar de la aparente bonanza económica del turismo, Canarias se enfrenta una realidad sombría: altos índices de pobreza y salarios bajos. El 36% de la población está al borde de la miseria, mientras que los alquileres exorbitantes de viviendas dificultan la vida de los nuevos vecinos.
La dependencia económica en los municipios turísticos de San Bartolomé de Tirajana y Mogán de este sector clave, que representa el 35% del PIB regional, hace que la brecha entre la riqueza generada y su distribución equitativa no exista entre la población local, alimentando así el descontento social.
A pesar de todo, el mensaje es claro: los turistas son bienvenidos, pero la turismofobia es dirigida al gobierno y su gestión desigual de los beneficios del turismo. Mientras los visitantes disfrutan del sol y la playa, la lucha entre la belleza superficial y la realidad socioeconómica continúa.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.190