El 15 de diciembre se acerca y los vecinos expresan su frustración ante la ausencia actual de cualquier destello festivo. Aunque se ha confirmado que las luces se encenderán en esa fecha, algunos residentes se preguntan si este retraso es parte de una estrategia o simplemente un caso de impaciencia luminosa.
Los habitantes están divididos entre la expectativa y la decepción. ¿Es este un juego para aumentar la emoción o una táctica inadvertida que ha dejado al municipio a oscuras más tiempo del esperado?
Los vecinos cuentan los días hasta el "gran encendido", la incertidumbre flota en el aire, y la pregunta persistente es si el resplandor previsto logrará eclipsar la sombra de la espera. El 15 de diciembre será la prueba final de si Maspalomas puede convertirse en la estrella luminosa de estas festividades o si su estrategia generará más murmullos que admiración.
Lo que queda claro es que, hasta ahora, San Bartolomé de Tirajana ha logrado eclipsar incluso al Grinch en la categoría de arruinar las celebraciones con su oscuro enfoque festivo.


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