Especialistas advierten sobre la preocupante recuperación de los parajes afectados por incendios forestales

Técnicos especializados han alertado sobre la preocupante recuperación de los parajes afectados por incendios forestales, que pueden tardar entre uno y cinco años en regenerarse.

La circunstancia más alarmante es la pérdida de suelo fértil, que puede llevar hasta 500 años en formarse y que se erosiona en pocos días tras el fuego. La prevención se vuelve esencial para evitar estas devastadoras consecuencias.

Asimismo, diversos especialistas en incendios forestales han señalado el aumento de los incendios de sexta generación, más violentos e incontrolables, capaces de arrasar miles de hectáreas en una sola hora y de modificar las condiciones meteorológicas de la zona afectada. Aunque algunos ecosistemas están adaptados al fuego, la actividad humana ha alterado la frecuencia, intensidad y extensión de estos siniestros.

El año 2022 fue un año terrible para España, con más de 300.000 hectáreas quemadas, y el problema empeora debido a la combinación de terrenos secos y altas temperaturas durante el verano. Ya en 2023, se han registrado más de 15 grandes incendios forestales entre enero y junio.

Los especialistas advierten sobre la importancia del suelo para la recuperación de las áreas afectadas por el fuego. Comprobar su estado debe ser una de las primeras estrategias de emergencia tras la extinción de las llamas, ya que sin un suelo fértil, la vida no puede prosperar y los nuevos árboles o plantas introducidos no sobrevivirán.

Las lluvias en las zonas afectadas debilitan el suelo desprotegido y la ceniza arrastrada contamina aguas subterráneas y ríos. Además, es crucial considerar el impacto del cambio climático en las estrategias de regeneración, pues puede afectar la virulencia y el comportamiento de los incendios.

A pesar de la importancia del suelo y el cambio climático, muchas Comunidades Autónomas no cumplen con esta premisa en sus estrategias. Para asegurar una recuperación exitosa, también es necesario brindar oportunidades de empleo a la población local y promover actividades económicas en las áreas afectadas, evitando el abandono rural, que es un factor que contribuye a la propagación de grandes incendios.

Aunque la Ley de Montes prohíbe el cambio de uso forestal y actividades incompatibles con la regeneración de la cubierta vegetal durante al menos 30 años después de un incendio, es necesario seguir trabajando en la prevención y gestión adecuada de estos desastres para proteger nuestros ecosistemas.