Preocupación y rechazo ante el proyecto de nuevo tendido de alta tensión entre Telde y San Bartolomé de Tirajana

El anuncio del proyecto de tendido eléctrico de alta tensión que atraviesa cuatro municipios de Gran Canaria ha generado preocupación y rechazo por parte del colectivo Turcón-Ecologista en Acción. Este proyecto, promovido por Red Eléctrica de España (REE), tiene previsto atravesar los municipios de Telde, Ingenio, Agüimes y San Bartolomé de Tirajana, y ha despertado la hostilidad debido a las "consecuencias negativas" que se espera que tenga tanto en el paisaje de Gran Canaria como en la salud pública de las poblaciones cercanas al trazado de este cableado aéreo.

El colectivo ecologista se opone a esta iniciativa debido a la grave alteración que provocará en el paisaje de la isla. El proyecto afectará a múltiples zonas de alto valor natural, algunas de las cuales están integradas en la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos (RCENP). Entre los espacios naturales que se verán afectados se encuentran el Monumento Natural del Barranco del Draguillo, el Monumento Natural del Barranco de Guayadeque, el paisaje protegido de Lomo Magullo y el Monumento Natural de Roque Aguayro. Además, las torres de alta tensión también afectarán al Campo de Volcanes de Rosiana, en proceso de ser incluido en la RCENP, y al conjunto volcánico de Jinámar, que ya se encuentra altamente degradado. Es evidente que esta acumulación de afecciones no puede pasarse por alto frente a tal despropósito.

Por otro lado, el colectivo ecologista expresa su preocupación por las posibles repercusiones que este cableado pueda tener en la salud de los residentes cercanos a las grandes torretas eléctricas. De acuerdo con un estudio realizado por médicos de varias universidades europeas, habitar en las cercanías de torres de alta tensión aumenta notablemente el riesgo de contraer cáncer. Esta investigación, difundida por el Servicio Comunitario sobre Investigación y Desarrollo (CORDIS), organismo dependiente de la Comisión Europea, plantea la posibilidad de que estas enfermedades estén vinculadas a la exposición a grandes torretas eléctricas.

Sin embargo, en muchas ocasiones estas situaciones no son investigadas adecuadamente debido a los intereses económicos de las grandes compañías eléctricas, que ejercen presión sobre los poderes políticos.

En este sentido, el colectivo ecologista Turcón destaca casos ocurridos en Gran Canaria, como el de seis profesores del instituto de Enseñanza Secundaria de la Vega de San Mateo, de los cuales tres ya han fallecido debido al cáncer. Resulta llamativo que existe una torreta eléctrica de alta tensión ubicada a tan solo 50 metros de la entrada de este instituto, y la comunidad educativa ya tuvo que luchar anteriormente para que la compañía eléctrica la trasladara desde el interior del centro educativo donde se encontraba.

"Es importante destacar las poblaciones directamente afectadas por el itinerario del cableado". En Telde, se encuentran zonas como la Cruz de La Gallina, Hoya Niebla, la Higuera Canaria, Los Corrales (Rosiana), Arenales y la montaña de Los Barros. En Valsequillo, se verán afectadas zonas como Vuelta de Los Navarros, El Cardón, Tecén y La Colomba. En Ingenio, el barranco de Guayadeque, La Caldereta y la parte alta del casco de Ingenio sufrirán las consecuencias. En Agüimes, la montaña de Piletas y el barranco de Balos se verán afectados. Por último, en San Bartolomé de Tirajana, las poblaciones de Aldea Blanca, Orilla de Sardina y El Matorral serán impactadas por este proyecto.

Ante esta situación, el colectivo ecologista Turcón hace un llamado a las personas que residan en las áreas cercanas al tendido eléctrico para que aprovechen la fase de exposición pública y presenten alegaciones en contra de este cableado de alta tensión. Asimismo, se insta a solicitar el soterramiento de todo el tendido eléctrico proyectado. El colectivo ha solicitado una ampliación del plazo de exposición pública para tener tiempo suficiente para analizar la documentación y presentar las alegaciones necesarias. La participación de la ciudadanía es fundamental para proteger el paisaje y la salud de los habitantes de Gran Canaria frente a proyectos que pueden tener consecuencias negativas a largo plazo.