Durante esta primera semana de julio en el sur de Gran Canaria, han sucedido diversos acontecimientos que han captado la atención de todos.
El lunes, la preocupante situación de las arcas municipales en el área de Festejos fue abordada por la concejala Yilenia Vega, quien busca soluciones para hacer frente a esta situación desfavorable. Todo hace pensar que con una gestión financiera responsable y eficiente por parte no se habría llegado a este punto.
En materia de inmigración, el viernes tuvo lugar el desembarco de 63 ocupantes de un cayuco en el muelle de Arguineguín por parte de Salvamento Marítimo. Esta situación evidencia los desafíos que enfrenta el archipiélago con la llegada masiva de inmigrantes, así como la importancia de contar con los recursos necesarios para brindar una atención adecuada a los migrantes que llegan a las costas.
Con relación al COVID-19, el miércoles se produjo un cambio significativo, ya que el Consejo de Ministros declaró el cese del uso obligatorio de mascarillas en el ámbito sanitario, excepto en áreas específicas.
Por otro lado, el Ayuntamiento de Mogán dio la bienvenida a 11 nuevos agentes, subrayando la importancia de contar con un cuerpo policial adecuado para garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos.
Asimismo, el Colegio de Registradores de España informó sobre el desplome en la compraventa de viviendas en Canarias, lo cual evidencia los impactos económicos que la pandemia ha tenido en el sector inmobiliario. El estado del mercado inmobiliario es preocupante, dado que eeste desempeña un papel importante en la economía local y, por lo tanto, se requerirán diversas estrategias para revitalizarlo y promover su recuperación.
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