Mestisay acusa a San Bartolomé de “persecución política” por su apoyo a Salvar Chira-Soria

Olga Cerpa y Mestisay denunciaron este martes, a través de un comunicado remitido a los medios de comunicación, que desde la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana se les ha “censurado” por su apoyo público a la plataforma Salvar Chira-Soria, rechazando repetir con ellos el tradicional concierto que cada 1 de enero se celebra en el mirador junto a las Dunas de Maspalomas desde 2017.

Manuel González, director de Mestisay, señala a TIEMPO DE CANARIAS que “todo corresponde a una persecución política relacionada con nuestro apoyo a la Plataforma Salvar Chira-Soria”.

“Los problemas con la actual Corporación, especialmente con la concejala de Cultura, Elena Espino, tienen relación directamente con nuestro apoyo a la Plataforma Salvar Chira-Soria”, explica González, confesando, por otro lado, que “nos sentimos muy incómodos con esta situación”.

Reconoce, asimismo, que es la primera vez que son censurados “de forma directa”, pues la propia concejala les reconoció los motivos por los cuales no repetían el concierto con ellos. “Otras veces intuyes esto. Hay Ayuntamientos a los que no vas a tocar durante muchos años, por ejemplo, o alguien que no te recibe o no te contesta, e intuyes que detrás hay asuntos relacionados con una cierta censura anterior, pero como ahora nunca nos ha pasado, la verdad”, subraya.

Considera “grave” que se den situaciones como esta “a estas alturas del siglo XXI y desde una institución pública”, recordando, además, que “teníamos financiado el concierto sin que el Ayuntamiento de San Bartolomé pusiera un euro”. A pesar de la situación, mantiene que no cambiarán de opinión: “Tenemos todo el derecho del mundo a expresarnos en estas circunstancias”.

“No se puede actuar así; hay que tener respeto por los artistas y por el público”, lamenta, así como no haber podido “sentarnos a hablar y buscar soluciones, si las hubiera”, tanto con la alcaldesa como con la concejala de Cultura. “A la alcaldesa le enviamos hace dos o tres semanas un e-mail, pero no hubo respuesta”, mientras que “con la concejala tratamos de contactar durante tres meses: se la llamó, se le mandaron mensajes... y daba la callada por respuesta”, concluye.