Fin del primer show

Concluye la WTM 2022 de Londres, una de las ferias turísticas más importantes pero de dudosa repercusión en el mercado turístico, como el resto. Es el primer asalto, queda Fitur y la ITB, y en año electoral pocos se la perderán para posar.

Un estudio realizado por el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana a principios del presente siglo, revela que sólo un 1 por ciento de los turistas vienen gracias a la promoción en estos mostradores. Los contratos ya están firmados, las negociaciones son prácticamente nulas y las reuniones se han convertido desde entonces en una justificación política para incentivar al personal (salvo en muy escasas excepciones).

La feria de las corbatas es una excusa para la reunión extraturística fuera de los despachos, sin esperas, sin agendas, y una buena ocasión para sorprender a aquellos que no desean encontrarse, y casi todo con dinero público.

De todo extraemos la mejora que vive el sector en este último trimestre, según los agentes turísticos consultados, y la confianza en una mejora de las cifras en los próximos meses de invierno. Pero eso no se consiguió en la feria. A la feria de fue a hacerse selfies, como en los patios de recreo de los colegios de primaria.