El Tenerife remata a la UD y se clasifica para la final del playoff (1-2)

El Tenerife certificó este sábado su pase a la final de los playoffs tras vencer por 1-2 en el Estadio de Gran Canaria a la UD Las Palmas. La mala fortuna se cebó con los amarillos, que recibieron sendos goles al inicio y al final de la primera parte, además de ver caer lesionado a su capitán, Viera. Curbelo recortó distancias en el 71', pero el milagro de la remontada al final no se consumó.

Cita histórica la que se vivió este sábado en el Estadio de Gran Canaria durante el derbi canario correspondiente a la vuelta de semifinales de playoffs de ascenso a Primera División. Amarillos y blanquiazules pugnaron con todo por clasificarse para la final de los playoffs, a la espera de conocer este domingo el rival al que se medirían: Eibar o Girona. El conjunto de Ramis partía como favorito tras vencer en la ida por 1-0, pero los pupilos de García Pimienta se mostraron plenamente confiados en los últimos días en poder darle la vuelta a la eliminatoria con el apoyo de su afición.

Más de 32.000 personas abarrotaron las gradas del recinto amarillo para disfrutar del mayor acontecimiento deportivo del Archipiélago: el derbi canario. El ambiente festivo, de cordialidad y hermandad en las gradas entre ambas aficiones presagiaba una velada para el recuerdo para todos los afortunados que consiguieron adquirir sus entradas para este trascendental e inolvidable encuentro. Tanto Ramis como García Pimienta dispusieron de inicio a sus mejores hombres para lograr el ansiado pase a la final de los playoffs.

Así, Ramis confío en Soriano, León, Alexandre, Mario G., Bermejo, Sergio González, Aitor Sanz, Enric Gallego, Moore, Mellot y Mollejo; por su parte, García Pimienta apostó por Valles, Eric Curbelo, Jesé, Álvaro Lemos, Raúl Navas, Kirian, Viera, Mfulu, Rober, Moleiro y Cardona. Finalmente el delantero albanés Armando Sadiku no pudo estar disponible para el partido, al igual que sucedió en la ida.

Nada más empezar a rodar el balón la rivalidad e intensidad entre ambos equipos fue máxima. Apenas habían transcurrido cuatro minutos de partido cuando las gradas del Gran Canaria quedaron congeladas y fueron silenciadas tras comprobar cómo el VAR concedió el primer tanto de la noche al Tenerife. Eric Gallego logró superar a Valles y, a pesar de que el balón fue despejado por la defensa amarilla bajo palos (o eso parecía) y el árbitro no otorgó el tanto, finalmente el VAR entró en acción y el tanto subió al casillero. Jarro de agua fría para la afición amarilla y un mazazo para los jugadores, si bien el estadio reaccionó animando al equipo con más fuerza que antes.

Lo intentaba el representativo con ahínco, pero sus intentos eran casi todos frustrados por la férrea defensa tinerfeña. Combinaban bien los pupilos de García Pimienta, pero no acertaban a finalizar con éxito las jugadas en los últimos metros. Mientras, los blanquiazules cerraban bien los espacios y mantenían el mismo guión que al inicio: jugar al ataque para tratar de sentenciar la eliminatoria por la vía rápida y evitar posibles sustos.

Al Tenerife le estaba saliendo todo a pedir de boca. El juego sufría muchas interrupciones y los amarillos no atinaban a trenzar jugadas peligrosas en ataque. La frustración se palpaba en los jugadores, que se perdían en batallas absurdas ante las continuas faltas tinerfeñas. Los pupilos de Ramis, lejos de conformarse con esperar en su campo al rival, trataban de tener el balón e ir a por el segundo tanto.

Para colmo de males, Viera tuvo que retirarse del campo por lesión a pocos minutos de llegar al descanso, dejando paso a Maikel Mesa, y en el tiempo de añadido, de nuevo mediante el VAR, el árbitro concedió penalti por falta de Navas sobre Mollejo. La pena máxima fue transformada por Enric Gallego; 0-2 en el marcador. Con tal trágico panorama para la parroquia amarilla se llegó al descanso. Se le ponía muy cuesta arriba el encuentro al representativo.

Al regreso de los vestuarios, Benito tomó el lugar de Jesé, desaparecido en la primera mitad. El representativo no desistió de su objetivo y a punto estuvo de meterse en el partido tras una gran ocasión de Cardona que se marchó fuera por centímetros. El partido se rompió por momentos y eso beneficiaba a los tinerfeñistas, que se encontraban cómodos en medio del caos. La UD atacaba a la desesperada, sin desperdiciar ni un solo segundo, consciente de la complicada empresa que tenía que afrontar con tan poco tiempo por delante.

Ramis realizó un doble cambio en el 59’ para introducir piernas frescas y asegurar el resultado: Mario G. salió del campo dando entrada a Andrés Martín y Bermejo cedió su lugar a Pomares. García Pimienta también tiró de banquillo y dio entrada a Mujica por Rober en el 64'. Los locales jugaban acelerados y eso beneficiaba a la defensa tinerfeñista. No obstante, Eric Curbelo logró recortar distancias en el 71', devolviendo la esperanza a las gradas amarillas.

Los pupilos de García Pimienta se dejaron el alma sobre el terreno de juego en los minutos finales del duelo, pero no consiguieron empatar la eliminatoria a pesar de los numerosos intentos de perforar la meta de Soriano. El Tenerife conquistó el Estadio de Gran Canaria y ya espera rival para la final del playoffs.