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DEPORTES

Jonathan Viera recuerda que... ¡Sí se puede! (2-1)

Jorge Cruz
Domingo, 22 de Mayo de 2022
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El Gran Canaria hasta la bandera con más de 30.000 almas amarillas. Un día histórico en el recinto de Siete Palmas para un partido frente al Oviedo de prácticamente vida o muerte por el playoffs. Era la Jornada 41 de la Liga SmartBank, pero el aura que sobrevolaba las gradas era el del 21 de junio de 2015. La UD necesitaba ganar para meterse en puestos de promoción a falta de una jornada, y desde el primer segundo fue a comerse al Oviedo. Dos obras de arte, una de Moleiro y otra del gran capitán amarillo Jonathan Viera, dieron el triunfo a Las Palmas (2-1) que les deja con la opción de sellar el billete a la promoción con solo empatar en Gijón en la última jornada. 

 

García Pimienta no se reservó nada. Salió con su once de gala con el objetivo de dominar la pelota, llevar el control del partido y maniatar a un Oviedo que se encontró con un huracán amarillo en los primeros segundos. Los de Ziganda no salían de su campo intentando impedir toda ofensiva liderada por Jonathan Viera, pero el fútbol tiene cosas a veces difícil de explicar. Primer ataque del Oviedo. Borja Bastón dispara a portería y Valles desvía el tiro. La pelota le queda perfecta dentro del área a Borja para rematar y anotar el primer gol. Los asturianos mandaban en el marcador sin hacer nada del otro mundo y sabedores de que hasta el empate les valía para mantener la plaza de promoción una jornada más. 

 

Tras el gol la Unión Deportiva siguió intentándolo y la grada no paró de animar. Quedaba mucho partido por delante, mucho que pelear y mucho que conseguir. A los diez minutos Kirian probó suerte desde la frontal, pero su disparo pasó rozando el palo. Los de Pimienta bajaron la intensidad de sus ataques –ese ritmo inicial era imposible mantenerlo tanto tiempo- aunque siguió dominando y buscando el área rival con insistencia. Se tuvo que llegar al minuto 25 para encontrar otro ataque peligroso de Las Palmas. Una maravilla de Moleiro. Saque de esquina que desvió la defensa asturiana y el pibe, en la frontal, con un golpeo exquisito, firmó una obra de arte para empatar el partido. Qué joya de futbolista es el tinerfeño. 

 

Las Palmas no varió su actitud con el empate. Mantuvo el ritmo pausado en sus ataques a la espera de una oportunidad que no terminaba de llegar. El problema seguía siendo la debilidad defensiva del equipo. Con muy poco el Oviedo creaba muchísimo peligro sobre la portería de Valles y eso generaba dudas. Bastantes dudas. El control por parte de la UD continuó hasta el descanso que llegó con las tablas en el marcador. 

 

A la vuelta de vestuarios ninguno de los dos equipos movió piezas desde los banquillos. Las Palmas tenía el guion memorizado de la primera parte y lo llevó a cabo en los primeros compases del segundo tiempo, donde incluso tuvo un peligroso acercamiento por el costado de Jesé, bastante desapercibido en el encuentro. El centro del atacante grancanario no encontró destinatario y el peligro se esfumó. A la UD se le iba agotando el tiempo y necesitaba chispa y ocasiones para meter aún más atrás al Oviedo. 

 

Moleiro y Viera eran la esperanza en el Gran Canaria. Sus desequilibrios generaban nerviosismo en la zaga asturiana que no encontraba la manera de pararlos. Pero las jugadas no finalizaban en la portería. Al menos hasta que llegó el jefe, el mejor de todos: Jonathan Viera. En medio de tres se metió hasta la cocina y con un toque exquisito mandó la pelota al fondo de la red. Locura absoluta en Siete Palmas que lograba remontar y alcanzar (de momento) una plaza en el playoffs a falta de una jornada.

 

Fue entonces cuando Pimienta sí movió piezas. Primero un doble cambio con Mujica y Rober por Sadiku y Jesé. Más tarde dando entrada a Fabio por Moleiro, que además del golazo se llevó la ovación de las 30.063 almas que asistieron al estadio y corearon su nombre cuando fue sustituido. Y si grande fue la ovación a Moleiro, imagínense cuando Pimienta sacó del campo a Jonathan Viera. El Gran Canaria se cayó. No hay forma de agradecer este liderazgo del '21' para llevar a la UD a conseguir sus objetivos. Llegó al momento clave de la temporada en su mejor momento. Es una auténtica broma que esté jugando en Segunda División. 

 

Los instantes finales del partido fueron claramente amarillos e incluso hubo tiempo para ver una expulsión, la de Pierre. El defensa agarró a Rober cuando se plantaba solo ante Femenías. Saúl Ais Reig dejó continuar por si la ocasión acababa con el tercer gol, pero no fue así. Al final el Oviedo se vio con uno menos y con la UD manejando perfectamente el tiempo para, ahora sí, festejar el vital triunfo que le deja dependiendo de sí mismo en la última jornada y sabiendo también que le vale con empatar en El Molinón. Una auténtica locura lo que ha hecho la Unión Deportiva en estas diez últimas jornadas cuando parecía que lo tenía todo perdido.  

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