El pasado lunes 2 de mayo, los trabajadores de una planta de la fábrica Nespresso en Suiza, hallaron 500 kilos de cocaína entre los diferentes sacos de café ubicados en cinco contenedores que procedían de Brasil y que podrían estar destinados al mercado europeo.
La Policía del cantón de Friburgo se percató de una sustancia blanca que posteriormente fue analizada, dando como resultado que se trataba de cocaína.
De esta manera, comprobaron que la droga tenía una pureza de más del 80% cuyo valor en el mercado serían unos 50 millones de francos suizos, es decir, 48 millones de euros.
En el lugar de los hechos se llevó a cabo una minuciosa inspección con dispositivos específicos en la que participaron hasta 20 agentes de la Oficina Federal de Aduanas y Seguridad Fronteriza (OFDF).
Asimismo, separaron las bolsas, de manera que la sustancia no pudo entrar en contacto con los productos utilizados en la producción de la planta, sin embargo, la Policía de Friburgo concluyó que la droga “podría estar destinada al mercado europeo”.
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