Hasta dos veces se suspendió la boda de Samuel Alarcón, natural de Maspalomas, y Carlos Sabio, por la pandemia del coronavirus. En pleno confinamiento este diario contó su historia que llegó a algunas portadas nacionales. Por aquel entonces se casarían el 11 de abril de 2020 en Maspalomas, pero ambos quedaron “atrapados” y confinados en Barcelona, lugar donde viven juntos desde hace más de 14 años.
Samuel ha construido su vida en Barcelona a donde llegó para dedicarse a la moda. Allí, conoció y se enamoró de Carlos. Decidieron dar el paso de casarse hace cuatro, y han estado organizando desde entonces el gran día con viajes entre Barcelona y Gran Canaria cuando el tiempo se lo permitía. La primera fecha, el 11 de abril, quedó suspendida, pero hubo una segunda fecha cuando la pandemia dio una tregua y se volvieron a recuperar ciertas actividades...pero al poco tiempo las cosas se volvieron a complicar y el gran día tuvo que volver a aplazarse.
Ha sido un momento muy esperado por ambos, así como por familiares y amigos. El hotel Lopesan Baobab les ha guardado hasta ahora la reserva de todos los preparativos. Fue una boda íntima, pues finalmente fueron la mitad de los invitados tras dos cancelaciones y complicaciones de viaje para muchos de ellos, pero la emoción y las ganas de fiesta inundaron por fin el día en el que se dieron el “sí quiero” (el pasado 26 de marzo).
Frente a la particular sabana junto a la piscina que da vistas a las Dunas de Maspalomas, se celebró la ceremonia emotiva que dio paso al coctel, el brindis y la cena.
Ahí obsequiaron a los invitados con una bufanda confeccionada por Samuel con un pequeño y divertido guiño sobre la suerte que les había acompañado hasta ahora:
11/04/2020 ---> Covid-19
19/10/2020 --> + Covid
26/03/2022--> ¿Guerra mundial?
Tras la cena, los novios realizaron un juego interactivo con los invitados; hubo fotomatón, y el esperado baile de los novios, que inició con un vals para terminar bailando al más puro y divertido estilo ochentero.
Y así se abrió pasó a la gran fiesta con deejay “J.Marre” en la cabina. Había ganas de baile y disfrute algo que quedó demostrado, porque en esta ocasión, también irrumpió un pequeño hándicap en el día de la gran boda: el cambio al horario de verano que dejó a los invitados con una hora menos de fiesta en este ansiado día que sin duda no olvidarán Samuel y Carlos al verse cumplido ese refrán que dice eso de: “¡a la tercera va la vencida!”.
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