El abogado de la familia de Yéremi Vargas, Marcos García Montes, ha insistido en que las pruebas y líneas de investigación que plantea en el escrito de solicitud de reapertura del procedimiento son concluyentes y solo apuntan al principal sospechoso, Antonio Ojeda, conocido como “El Rubio”.
En este sentido, se aportan “evidencias” como que “El Rubio” dijo que el niño estaba azul y ese dato solo lo conocía la familia porque era una enfermedad que nunca habían comentado. Eso quiere decir que estuvo con él", ha declarado el García Montes.
El letrado de la familia recalca que hasta ahora nadie ha prestado atención a este detalle "tan importante", pues Yéremi Vargas sufría cianosis desde que nació, como así consta en un informe del Hospital Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria.
Esta enfermedad hace que, en situaciones de estrés, las personas que la sufren se pongan de color azul, ha explicado el abogado, quien ha dicho que no cree que "haya muchos niños con cianosis".
Además, para García Montes hay un hecho clave y es que “'el Rubio' se ubica en el lugar de los hechos y a partir de ahí podemos empezar a establecer más pistas”.
García Montes también ha aludido como prueba sólida el testimonio del niño (a la fecha de los hechos) Pedro Iván, que fue "despreciado y malinterpretado por el instructor", cuando asegura que ese día vio un coche blanco con una pegatina con una palmera -como el que tenía El Rubio-, que entró "marcha atrás y despacio" en la calle que estaba junto al solar donde se perdió de vista a Yéremi.
El abogado ha argumentado también en contra del juez Hermo Costoya que fue sancionado de forma "testimonial" por el Consejo General del Poder Judicial por una falta de consideración con la Policía Judicial de la Guardia Civil que investigó el caso, porque llegó a decir que "habían falseado la investigación y manipulado" porque "querían cargar el muerto al Rubio".
El tratamiento a los testigos es otra de las cuestiones por las que el juez se debe abstener, ha apuntado el abogado, pues, según ha relatado la madre de Yéremi, les "increpaba" y mantenía una actitud "agresiva" hacia ellos, les hacía "dudar" y quería que rectificaran en sus declaraciones.
Antonio Ojeda salió el pasado mes de marzo de la cárcel del Salto del Negro, en Gran Canaria, donde cumplía una condena de cinco años de cárcel por agredir sexualmente a un menor en 2012 en El Doctoral, barrio colindante con Vecindario.







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