El puerto de Santa Águeda, en San Bartolomé de Tirajana, aspira a convertirse en turismo de cruceros acercando así este sector al corazón turístico de Gran Canaria. El Centro de Iniciativas y Turismo de Gran Canaria, arropado por varios colectivos empresariales, reivindicaron este jueves, en un acto celebrado en el Gabinete Literario, el uso turístico del muelle de El Pajar.
El acto se celebró con motivo del periodo de reflexión iniciado por el Gobierno de Canarias para decidir si lleva a cabo o no la reconversión para uso turístico del puerto de Santa Águeda puesto que la concesión del puerto a CEISA, encargada de la cementera de El Pajar, vence en octubre de 2022.
La intención del Gobierno es escuchar a todas las partes afectadas y tener en cuenta los factores territorial, social, socioeconómico y medioambiental antes de hacer una propuesta, no vinculante, que probablemente este terminada antes de final de año.
Uno de los defensores de la reconversión fue Fernando del Castillo, presidente del Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) de Gran Canaria, quien se presta a liderar el movimiento que evite “la anacrónica prórroga de 25 años” que ha solicitado la cementera, la cual opina que “ha sido un escollo disuasorio para el desarrollo turístico de esa zona desde los años 60”.
En este sentido, la abogada Irene Schamann dejó claro que todo el planeamiento vigente respalda el uso turístico del puerto de Santa Águeda. De hecho, el Plan Insular de Ordenación (PIO) en vigor, aprobado en 2004, le confirió a ese muelle el papel de “pieza territorial estratégica” en la actividad turística.
Además, señaló que el Avance del Plan Territorial Especial de Puertos deportivos turísticos e infraestructuras náuticas habla de esta instalación portuaria como la que tendría mayor capacidad de acogida de nuevos amarres, entre 500 y 1.000. Finalmente, subrayó que la Ley del Cambio Climático es muy restrictiva con la prórroga de este tipo de usos en la costa.
Entre los intervinientes en el acto estuvo Nicolás Villalobos, vicepresidente del CIT, quien defendió que “lo mejor del litoral sur no puede estar ocupado por una cementera”.
Sostuvo que “el vencimiento de la concesión sobre la infraestructura portuaria es una oportunidad histórica” que tienen los canarios “para deshacer una ineficiente inercia heredada porque en tiempos de la autarquía franquista, el Conde de la Vega Grande tuvo que construirse una fábrica de cemento para producir el hormigón que le hacía falta para construir la presa de Soria, necesaria para regar sus latifundios”.
El puerto de Santa Águeda “es una pieza única, privilegiada climatológicamente, que está ocupada por una industria pesada”, sentenció.
En el acto también se reclamó contundencia en este asunto por parte del Cabildo Insular, quien “debería dar la batalla de forma rotunda, y no lo está haciendo”.





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