Chaqueteros indignos
Ciudadanos es un partido que se creó en Cataluña y que lideró Albert Rivera unos cuantos años hasta que la hecatombe de las últimas elecciones generales lo obligó a dimitir y marcharse a un gran bufete de abogados.
Cuando surgió Ciudadanos el partido no tenía ni un duro y Rivera tuvo que ingeniárselas para sacar suficiente rédito a las penurias económicas. Por eso posó desnudo en sus primeros carteles electorales. Era una forma de llamar la atención que con el tiempo vimos que era inherente en él y lo comprobamos en sus debates televisivos, donde un día llevaba un tenique y otro un pergamino. El caso era llamar la atención y ser protagonista.
Nadie discute que es un hombre con mucha labia y que su acercamiento a varias empresas del Ibex 35 le proporcionó más financiación a su partido, que llegó a ser el tercero de España. Su excesiva ambición le jugó una mala pasada cuando pudo ser vicepresidente de Pedro Sánchez en un gobierno de coalición, pero finalmente rompió con el socialista porque él quería más. Quería ser el presidente y no un segundón.
Ciudadanos nació como partido socialdemócrata pero paulatinamente se fue escorando a la derecha hasta llegar a competir electoralmente con Vox. Ese fue su fin porque los electores prefirieron a la ultraderecha original que a la copia.
De esta manera los progresistas de Ciudadanos fueron orillados en beneficio de los ultraliberales. En las elecciones catalanas pasaron de ser el primer partido al séptimo, prácticamente con representación simbólica.
Desde el estrepitoso resultado de las generales Ciudadanos no ha levantado cabeza y ahora la gota que ha colmado el vaso del despropósito ha sido su fallida moción de censura en la Región de Murcia, donde acaba de dejar el gobierno que mantenía con el PP.
De los seis diputados de Ciudadanos que firmaron la moción de censura, la mitad se echó atrás en unas horas tras la oferta del presidente del Gobierno murciano que no podían rechazar. Se han vendido por algo más que un plato de lentejas ya que esos tres tránsfugas han sido premiados con sendas consejerías, coche y chófer a la puerta de su casa, además de 76.000 euros al año.
Lo más lamentable es que el secretario general del PP, Teodoro García Egea, murciano también, ha justificado la acción de estos tres chaqueteros denominándola pomposamente dignidad. Nos mean y dicen que está lloviendo. Cuando la política cae tan bajo todos tenemos que mirar hacia arriba para no tener que soportar a personajes tan indignos
Las opiniones de los columnistas son personales y no siempre coinciden con las de Maspalomas Ahora.








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