Con la vista puesta en Semana Santa, el Ejecutivo regional estudia con progresiva preocupación la evolución epidemiológica del Archipiélago, siendo especialmente alarmantes los casos de Gran Canaria y de Tenerife, donde se superaron este miércoles los 100 contagios diarios. La tendencia en ambas islas se mantiene en índices por encima de los deseados, motivo por el cual el Ejecutivo autonómico podría plantearse aplicar mayores restricciones en ambas islas o subirlas a nivel 3 de alerta sanitaria.
El Consejo de Gobierno se reunirá este jueves, como viene siendo habitual en los últimos meses, para analizar la situación epidémica de las Islas a escasas dos semanas de Semana Santa. Con los índices epidemiológicos que maneja actualmente el Archipiélago, sobre todo Gran Canaria y Tenerife, principales focos de la pandemia en la región en estos momentos, todo parece indicar que el Ejecutivo autonómico se verá obligado a volver a endurecer las restricciones.
Dos son las posibilidades que el Ejecutivo regional baraja para contener la propagación del virus en las Islas durante la Semana Santa: aplicar nuevas limitaciones sin subir de nivel, tal y como sucedió la semana pasada con el nivel 2 reforzado, o subir a Gran Canaria y Tenerife, junto con Fuerteventura posiblemente, a nivel 3 de alerta sanitaria, que implicaría de nuevo el cierre perimetral de las islas y el cierre de servicio en el interior de los establecimientos de hostelería, entre otras medidas.
A fecha de este miércoles, Tenerife cuenta con una Incidencia Acumulada a los siete días de 78,44 casos por cada 100.000 habitantes y a los 14 días de 139,78, mientras que en Gran Canaria la IA7 es 70,96 y la IA14 queda fijada en 137,92. Estos índices, junto con los de Fuerteventura, que presenta una IA7 de 77,85 y una IA14 de 144,59, invitan al Gobierno de Canarias a tomar nuevas medidas a las puertas de Semana Santa para evitar que la incidencia del virus sufra un importante repunte.
El pasado mes de febrero, ante la inquietud derivada del Carnaval, el Ejecutivo autonómico aprobó una serie de medidas extraordinarias durante esas fechas para mantener a raya la expansión del virus en las Islas. Entre dichas restricciones, vigentes en el conjunto del Archipiélago y no limitadas a ciertas islas, estaba imponer el toque de queda desde las 22:00 horas hasta las 6:00 y el cierre de bares y restaurantes a las 22:00 (en Lanzarote, al estar en nivel 4, el cierre de toda actividad no esencial era a las 18:00).
Otras medidas, como la limitación en el número de personas que pueden reunirse tanto en espacios públicos y privados como los aforos en hostelería, dependían del nivel de alerta de cada isla. El Ejecutivo autonómico se encuentra actualmente ante una complicada encrucijada, pues las restricciones impuestas desde hace semanas no logran reducir la presión del virus en Canarias. En Fuerteventura, por ejemplo, este martes el Hospital General activó la primera fase del plan de contingencia contra la Covid-19 a raíz del aumento de hospitalizaciones registrado recientemente.
Al Gobierno de Canarias no le ha temblado el pulso en los últimos meses a la hora de aplicar el nivel 3 o 4 de alerta sanitaria a aquellas islas que peores índices epidémicos presentaban. Si bien es cierto que, para evitar que Gran Canaria y Tenerife volviesen al nivel 3 la semana pasada, el Ejecutivo regional estrenó un nivel 2 reforzado, la inminente llegada de la Semana Santa podría desembocar en la vuelta de ambas islas al nivel 3, al que se podría incorporar Fuerteventura.
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