Viven ahí, en la perrera

Hoy les traemos novedades propias para esta sección, tan susceptible e irritadora para los que viven en la perrera (redes sociales) babeándose con responsables públicos y funcionarios, a la espera de un hueso o la sobra de un muslo de pollo tirado en el suelo. Aunque parezca surrealista, hay políticos corruptos que les pagan. Y si no hurguen o vayan a Contratación.

Son tan divertidos y divertidas que hablan igual que los perros cuando comen basura en las calles. No respiran, se asfixian tragando sin masticar. Son insaciables y les encantan las sobras, como las hienas. En definitiva, son una mezcla entre un profundo analfabetismo e ignorancia atrevida sobrevenida en tiempos de lujuria, que repele a cualquier persona en plenas facultades. Por eso son frustrados que viven entre jaulas, no pueden estar en la calle, nadie los quiere. Son tóxicos, víricos.

Polidrogadictas, toxicómanos, borrachos y borrachas, pederastas, abusadores de menores, trastornos bipolares, demencia, esquizofrénicos, excluidos sociales y un largo etcétera de patologías sin tratar las vemos a diario en la perrera. El origen, imaginamos su desafortunada infancia; y el futuro, seguirán convertidos en víctimas engañadas de promesas corruptas hasta rematarlos. Que dios los proteja.