Como había adelantado este periódico, el descontrol de la inmigración levanta ampollas entre los ciudadanos. La invasión en los dos municipios turísticos de la isla de Gran Canaria (Mogán y San Bartolomé de Trajana), se ha convertido en continuos altercados protagonizados por los inmigrantes ilegales.
Un ejemplo reciente es el robo que tuvo lugar en un bar irlandés de Puerto Rico (Mogán), cuando el dueño Dale Dampsey se encontraba en su puesto de trabajo.
Este miércoles, cinco chicos inmigrantes de origen magrebí robaron bebidas alcohólicas y alimentos.
Uno de ellos, abría una caja mientras el otro cogía botellas de ginebra que guardaba en su camiseta, señala el testigo.
En este sentido, el afectado, que se encontraba a un metro de distancia, se percató de los hechos y alertó a las autoridades competentes.
Dampsey, no lo dudó y corrió tras ellos, y una vez logró alcanzarles recuperó algunas bebidas sustraídas. Uno de los chicos “era un niño, entre 14 o 15 años, y estaba asustado” ha asegurado.
Mientras tanto, la otra parte del grupo de menores inmigrantes aprovechó que el propietario se encontraba fuera del local para vaciar neveras y armarios.
Una vez que todos los chicos del grupo escaparon y saltaron un muro cercano con una altura bastante “peligrosa”, mostraron con actitud burlesca lo que habían sustraído como las latas de atún, tomate frito, paquetes de millo, y unas botellas pequeñas de licor.
Además, Dampsey aclara que es la primera vez que sufre algo así y algunos de sus clientes se han sentido coaccionados en el establecimiento, puesto que muchos ilegales se pasean pidiendo dinero.
Asimismo, muchos de ellos pernoctan en la misma puerta de su local, una imagen que contrasta y hasta resulta paradójica cuando tan solo el 10% de los establecimientos se arriesga a abrir sus puertas debido a la falta de clientes por la pandemia.
La imagen que ofrece estos inmigrantes ilegales llega hasta el extremo que los pocos visitantes del centro deben soportar su continua intimidación, así como el acoso a las mujeres que se encuentran en la zona.
La Policía, tras el suceso, no pudo identificar a las personas del supuesto robo afirma Dale: “todo surgió muy rápido, además la mayoría viste igual y es muy difícil saber de quién se trata”.
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