La avalancha de inmigrantes llegados de África a Canarias, genera en estos momentos una situación de vulnerabilidad por parte de los ciudadanos de los dos municipios turísticos más importantes de España, Mogán y San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria).
Casi 20.000 personas han llegado en pateras o cayucos de las cuales un 12,5% han sido trasladadas a la península, mientras que los repatriados llegan al 5%.
Hasta ahora, la acogida de los migrantes incluye el programa de atención humanitaria con el fin de abastecer a aquellos que se encuentren en situación de vulnerabilidad al llegar a las costas españolas. Este plan incluye diferentes servicios entre ellos el traslado a los complejos turísticos.
La invasión que atraviesa los municipios citados ha levantado ampollas entre los ciudadanos. Innumerables quejas en las redes sociales han abierto un gran debate acerca de los actos delictivos producidos en los últimos meses por los ilegales, “nos da miedo salir de nuestras casas” afirman.
Cada día grandes grupos de inmigrantes pasean por las calles con libertad de movimiento, incumpliendo los protocolos sanitarios, pues la mayoría no hace uso de la mascarilla ni guardan la distancia social establecida, “cuando caminamos tenemos que bajarnos de las aceras porque no dejan un margen de seguridad”, señalan los habitantes.
El pueblo denuncia este tipo de comportamientos, pero mientras Canarias afronta unas restricciones parece que “los ilegales viven al margen” y aseguran que lo primero que hacen al llegar es comprar tabaco, y bebidas alcohólicas hasta colarse en hoteles de otros inmigrantes ilegales cuando quieren.
El descontrol de la inmigración irregular no solo atemoriza al pueblo, también las Fuerzas de Seguridad del Estado han tenido numerosos altercados, y la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) ha hecho un llamamiento a los medios antidisturbios.
“Esto es un pueblo pequeño, nos sentimos inseguros” recalcan. Muchos vecinos preocupados lamentan que nadie se haga eco de lo vivido, y aquellos que lo hacen generan imágenes distorsionadas que acusan de alentar a la xenofobia, “ocultan la realidad y cuando dices lo que piensas te tachan de racista”.
En declaraciones a Maspalomas Ahora, revelan numerosos robos con violencia en las zonas más afectadas aparte de pedir dinero, móviles para llamar a sus familiares, y robar el internet. “Tenemos que cambiar las contraseñas del rúter casi cada día porque nos lo saturan”.
Como adelantó este diario, la AEGC opina que esta impunidad se contagia al resto de inmigrantes que están en los centros hoteleros, quienes "aprenden enseguida que no les va a pasar nada”.
Fabiola. | Jueves, 14 de Enero de 2021 a las 23:49:59 horas
Vulnerables ante unas personas que vienen huyendo de la pobreza, de las guerras etc. En busca de un futuro mejor para ellos y sus familiares, cruzando un mar, mejor dicho “un infierno” en pésimas condiciones, sin rumbo, con la incertidumbre de que será de sus vidas, qué pasará, y sin un rumbo definido, donde algunas/os no llegan al destino sanas/os y salvas/os. Y después está la isla plagada de COVID-19. Yo diría que más que vulnerabilidad es tener cara, ser egoísta y ser RACISTA. No todo el mundo tiene mala idea como piensan y no todos quieren hacer el mal.
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