USA: Un ataque a la democracia

Donald Trump ha finalizado su mandato presidencial atacando de forma desmesurada a la democracia de los EE.UU., la más antigua del orbe, su demencial comportamiento viendo un fraude electoral que solo existía en su mente, lo ha llevado ha incitar a sus seguidores a cometer un delito de –insurrección-, ocupando por la fuerza el Capitolio y a las Instituciones del Parlamento y el Senado que es donde radica la soberanía del pueblo americano. Sus ilimitadas ansias de poder lo han hecho obrar de esta forma tan irracional, ya que al parecer no se –resistía- a perder su acomodo como presidente de los EE.UU de América, algo que desde el primer momento le quedó ancho dada su limitada capacidad intelectual, lo que ha generado un rechazo a su persona por parte de la mayoría de los estadounidenses, que asombrados vieron el 06.01.2021, como decenas de miles de americanos irrumpían saltándose a la torera la espartana seguridad existente en las instituciones citadas, teniendo que recurrir a la Guardia Nacional para desbloquear el asedio al que fue sometido el Congreso y el Senado.

Como ya indiqué en un trabajo anterior, Trump no era la persona idónea para ocupar un cargo de tanta responsabilidad, su xenofobia por un lado y su falta de preparación por otra lo desacreditaba para ocupar la presidencia del país más poderoso del mundo. Ahora cuando faltan solamente doce días para que Biden jure su cargo, es muy posible que Trump mediante la aplicación de la 25ª Enmienda sea inhabilitado como presidente, así lo están solicitando muchos congresistas tanto republicanos como demócratas, y su salida inminente de la Casa blanca sea el colofón de su nefasta gestión como presidente USA.

Las redes sociales (Instagrám y Facebook), le han bloqueado sus cuentas, por lo cual no podrá seguir incitando a sus seguidores a realizar nuevos atentados violentos como los sucedidos, Biden calificó esta rebelión como un acto terrorista e incívico, que ha generado 4 muertos y un buen número de heridos, así como 52 detenidos de –momento-, ya que el FBI y la Policía sigue identificando a los manifestantes.

Todos los gobiernos de los diferentes estados han criticado este lamentable suceso, del que sale malparado evidentemente Trump especialmente, por la “incitación” a sus seguidores a cometer “tan criminal delito”, aquel slogan utilizado sistemáticamente por los norteamericanos de “Dios Salve a América y a su presidente”, luce ahora mutilado, sigue vigente lo de –salvar a américa….-, pero a su presidente en este caso es totalmente ilógico que así sea. Quien no recuerda al presidente Richard Nixón y el caso –Watergate-, descubierto por dos periodistas del Whasington-Post, y su salida de la Casablanca inhabilitado y deshonrado, algo que es muy posible que se vuelva a repetir con Trump dado su funesto comportamiento como presidente, y su –traidora- actuación del día de Reyes, que llevó a docenas de miles de americanos a profanar el Congreso, que es donde radica la soberanía de tan estimado país.

Este brote de rebelión contra la Constitución de los EE.UU. de América, propiciada –mientras no se demuestre lo contrario- por un presidente de la nación en activo, no tiene parangón en la historia del estado norteamericano, la –egolatría- indecente de Trump que quiere seguir en la –poltrona- al precio que sea lo ha descalificado, y su entrada en la historia como el 45 presidente USA, tendrá junto a su nombre un –asterisco-, donde constara el apunte lógico de su mala actuación como tal, que será como una rémora para él y su descendencia.

Trump ha puesto su honor en –tela de juicio-, perdiendo así el respeto debido por su cargo, que los americanos de forma inexorable rechazan y critican, ya que no hay perdón para un acto de este calibre, donde además fallecieron cuatro personas y muchas más resultaron heridas. El comportamiento ignominioso de Trump le pasará factura, como dice el refrán, -con el paso de los años el pueblo americano no recordará que tuvo un presidente llamado Donald Trump-.

Los miles de “trumpistas” que invadieron el Capitolio iban armados, portando además gases lacrimógenos que utilizaron sin piedad contra la policía y demás miembros de la seguridad propia del lugar, reptaron por las paredes, forzaron puertas y ventanas, rompiendo además gran cantidad de muebles y otros enseres, la Justicia americana deberá ser implacable y sancionar a estos sujetos a la máxima pena por el delito cometido.