De los casi 2.400, unos 2.300 son hombres frente a 5 mujeres y 49 menores. Este miércoles volvieron a entrar unos 100 más en nuevas embarcaciones procedentes de África, con lo que la cifra se coloca en 2.400.
Una foto distribuida a través de las redes sociales, que no fue desmentida por Cruz Roja a preguntas de este periódico, revela el recuento que llevan a cabo las oenegés y servicios médicos en una pizarra dentro de una caseta de campaña, en el puerto moganero.
El muelle ha sobrepasado el límite perimetral de su capacidad hasta el punto de que este miércoles, 18 de noviembre, sale un grupo de 200 irregulares hacia las tiendas militares en Barranco Seco, en Las Palmas.
Los servicios asistenciales trabajan a destajo y las condiciones de insalubridad son la tónica general, según los abogados de oficio que asisten a una parte de los migrantes.
Los letrados y las letradas que han conseguido pasar ni se lo creen, según los testimonios contados a los medios de comunicación.
“Son condiciones imposibles. Están por el suelo, arrinconados, bajo un fuerte calor. Apenas puedes hablar con ellos, no se guarda la distancia y los protocolos sanitarios no se aplican. Es muy sufrido y no se les puede brindar garantías jurídicas“.
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