Emigrantes e inmigrantes
Dos términos antagónicos, “emigrar es ir a desplazarse a otro lugar, inmigrar es venir, arribar, proveniente de otro sitio o lugar“.
Desde que Colón descubrió América en 1492, comenzó la emigración española a las tierras recién descubiertas. Los españoles al igual que los italianos e irlandeses fuimos desde un principio emigrantes por naturaleza, a todos nos movía el mismo sentimiento mejorar nuestro status social, dada la inseguridad existente en nuestros países respectivos, no había trabajo y el poco que existía estaba mal remunerado. Españoles e italianos buscamos desde un principio una “ubicación” en los lugares donde los orígenes de sus habitantes tenían reminiscencias latinas, especialmente en el centro y el sur del continente americano. Por el contrario los irlandeses buscaron acomodo en los países del norte con principal incidencia en EE.UU y Canadá.
Las regiones donde la emigración se hizo bastante más patente fue en Galicia y Canarias. La emigración española fue desde siempre un movimiento, donde se inmiscuían una gran número de personas, todas tenían la misma idea buscar una mejoría a sus problemas sociales, trabajo, ganar dinero, y en algunos casos hasta realizarse, unos lo consiguieron mientras a otros la suerte les fue esquiva, y regresaron de esa aventura igual o peor que cuando partieron buscando ese eldorado tan añorado.
Desde mediados del siglo XIX la mayoría de los españoles emigraban a Cuba, Argentina, Uruguay..., todos lo hacían legalmente, utilizando los barcos que realizaban esas rutas, de las diferentes navieras existentes en España y Europa. Desde un principio las compañías más punteras que se dedicaban a hacer este tipo de singladuras, destacaba la españolas Transatlántica, la italianas Fratelli Grimaldi, la inglesa Cunard, las francesas..., que poseían unas flotas bastantes numerosas, con unos barcos de un gran porte, que atravesaban en Atlántico en un tiempo record, donde los emigrantes viajaban en tercera clase o en cubierta.
Los primeros vapores españoles que se dedicaron al transporte de emigrantes especialmente a Cuba, fueron los SS Conde Wilfredo, el Valbanera (que se hundió cuando navegaba entre Santiago y la Habana, un huracán acabó con él cerca de los Cayos de Florida, a donde derivo por la fuerza del viento), franceses como el ss Niagara, el Ile de France, italianos tales como el Lucania, Michelangelo, Leonardo da Vinci, ingleses de la Cunard destacando entre estos al Titanic hundido al chocar con un iceberg en el Atlántico Norte. Fueron muchos los emigrantes españoles que arribaron a la isla caribeña, y aprovechando la bonanza conocida como la danza de millones se enriquecieron, otros no tuvieron tanta suerte.
La emigración volvió a surgir entre los españoles en la década de los años cuarenta del siglo pasado, posiblemente con más ahincó, pero el destino elegido esta vez fue Venezuela, que se convirtió con el alza del valor de su moneda el bolívar, basada en su riqueza petrolífera, convirtiéndose en un nuevo Eldorado. Aparte de los que se iban en los barcos de línea, (especialmente italianos), otros se arriesgaban armando pequeños y viejos veleros donde instalaban un pequeño motor intentando, así hacer la travesía en la que tardaban en llegar hasta dos meses a las supuestas costas venezolanas.
Muchos de estos osados navegantes arribaron a las islas de Aruba y Curasao situadas al norte de Venezuela, así como también a otras islas de pequeñas dimensiones.
Cuanto antecede, datos históricos todos ellos, han sido realizados a modo de –exordio o proemio-, para hacer constar que los españoles fuimos sin lugar a dudas un pueblo emigrante, pero nuestra forma de practicar la emigración siempre la llevamos a cabo dentro de la máxima legalidad, utilizando casi siempre los medios de transportes que existían en aquellos años, y que realizaban estas rutas con bastantes asiduidad.
Desde hace algunos años España viene sufriendo esta lacra de la inmigración ilegal, que últimamente se ha convertido en una “invasión”, en toda regla. En un periodo de aproximadamente de diez años los “inmigrantes” superan con creces el millón de individuos llegados a nuestro país ilegalmente. En un principio los principales focos se daban en Ceuta y Melilla, ahora su llegada, donde la “masividad” tienen unas connotaciones especiales, arribando con total impunidad un día y otro también al Sur de Gran Canaria, a los municipios de San Bartolomé de Tirajana y Mogán.
Actualmente la cosa se ha ido complicando, ya que en muchos casos estos cientos de personas que llegan diariamente, es muy posible que en un 80% vengan enfermos del covid19, contagiando a la ciudadanía residente. No soy xenófobo ni racista, pero estimo que el gobierno debería actuar con contundencia debida, la oposición le esta exigiendo que movilice a la Armada, con el fin de remediar esta grave incidencia que nos aqueja, ya que a los magrebíes y subsaharianos se han añadido los que vienen de Europa del este. Se esta anunciando en los medios que posiblemente de un día a otro, lleguen más tres mil a las costas de sur de Gran Canaria y Fuerteventura, esto de ocurrir sería una verdadera “hecatombe”, ya que nos complicaría mucho más los “rebrotes”.
Las opiniones de los columnistas son personales y no siempre coinciden con las de Maspalomas Ahora.







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