Han pasado 4 años, no sé si rápido o lentamente, el caso es que nunca han estado tan en la mente de los ciudadanos todo lo que ha pasado. Si preguntamos a cada uno que ha ocurrido en la política española en todo ese tiempo, seguramente nos acordaríamos de más de tres hechos acaecidos o de leyes aprobadas que han afectado a nuestras vidas.
Para mí esta legislatura ha demostrado: primero que se puede gobernar con un consenso amplio, incluso entre partidos de diferentes ideologías. Segundo, que nadie duda de que hay grandes diferencias entre ser de izquierdas y de derechas, algo que la derecha aznarista negó pero que llegó a calar en sectores de la población.
La actitud y la trayectoria actual del PP lo han puesto de manifiesto al mantener una actitud ante los cambios aprobados con un amplio consenso, y unas exigencias totalmente contrarias a sus prédicas cuando gobernaba. En tercer lugar que aún queda mucho por hacer en materia de igualdad, integración, educación, sanidad y sobre todo en la división entre el papel del estado y el resto de las confesiones religiosas, sobre todo la católica.
Ya estamos en campaña electoral y los mensajes son el ejemplo o el mal ejemplo dado por los partidos políticos en estos años.
El PP dice que tiene “las ideas claras”. Si repasamos su trayectoria parece que no siempre la han demostrado: La seguridad Social no está en quiebra, España no se rompe, la familia tampoco, no ha habido invasión inmigratoria…En fin, pocas ideas claras han tenido en estos años o al menos sus “pitonisas” han carecido de claridad. Por ello me cuesta creer que se declaren como un partido con las ideas claras.
Por el contrario el PSOE defiende la labor realizada y el programa cumplido para pedir nuevamente la confianza a los ciudadanos dada la credibilidad. Con Zapatero se trajo a las tropas de Irak y mantuvo otras en el extranjero bajo la bandera de la ONU, se aprobaron varios Estatutos de Autonomía, algunos de los cuales con el voto del principal partido de la oposición caso de Andalucía y Valencia, mientras ese apoyo se negaba al Estatuto catalán.
Con Zapatero se han dado nuevos pasos hacia la igualdad y más libertades, la seguridad es mayor, el empleo está por debajo de cómo lo dejó su antecesor, becas, investigación, conciliación familiar, pensiones, salario mínimo… han experimentado un notable aumento.
Su política inmigratoria llegó a ser criticada por la unión europea, esa que ahora le pide consejo sobre las regularizaciones y su política de integración. La economía le ha dado al gobierno socialista motivos para aprobar la Ley de Dependencia como un derecho universal, pero también para repartir la riqueza del estado no sólo a favor de los ciudadanos y ciudadanas sino también aumentando la solidaridad con países menos favorecidos y necesitados de mayor cooperación.
Sin embargo, siguiendo el ejemplo de los gobiernos anteriores, el terrorismo ha seguido estando presente y la paz sigue lejana. Su alianza de civilizaciones a pesar del apoyo de algunos gobiernos y de la presidencia de la ONU solo ha dado tímidos pasos. No ha habido una reforma del Senado como Cámara territorial. La ley del aborto necesita reformas efectivas, la educación necesita de un mayor consenso pero también de una nueva ley de la Función Pública. La vivienda sigue siendo un calvario aunque se han dado pasos para frenar la escalada de los precios.
Su política ambiental necesita de mayores fondos y de un mayor compromiso dado que España aún está lejos de Kyoto. La inversión en Investigación y Desarrollo sigue estando lejos de la media europea, por lo que siendo en la práctica, el país europeo con mayor crecimiento económico si no invertimos más y damos un impulso claro a la investigación en nuestras universidades podríamos quedar lejos en un futuro no lejano del resto de países.
En el caso de Canarias llama la atención que su lema sea “Habla canario”. En la práctica parece darnos a entender que a los canarios no se le entiende o se le atiende si no están quienes siempre se han proclamado como auténticos canarios, por lo que el resto de los partidos no pueden saber de las necesidades de los canarios y canarias, aunque en el fondo las palabras del Presidente de Canarias, Paulino Rivero hace unos días en una entrevista de prensa afirmaba “Da igual quien gobierne en España, lo importante es poder influir”. Tales palabras se reflejan también en la participación de CC en un programa de la televisión pública junto a otras fuerzas nacionalistas, donde quedó de manifiesto la falta de miras y de proyecto de CC para España y de la que la propia formación política incide en formar parte: incluso el propio candidato nacionalista Bañolas afirma que no buscan el soberanismo y la independencia del resto del estado español.
En estos cuatro años la simplicidad y las incongruencias de un partido que desea seguir en el arco parlamentario español es tal que uno de sus diputados, el señor Mardones, llegó a votar en contra de los designios de su propio partido al estar a favor de los presupuestos generales del Estado, en aquellos momentos más preocupados por seguir al PP, al que años atrás echó del gobierno por el radicalismo de sus declaraciones contra el gobierno de la nación.
Mientras se pide “hablar canario” en Madrid, en Canarias los canarios hablan en la calle con movilizaciones en la sanidad, la educación, la justicia, manifestaciones contra la privatización de los servicios públicos, ayudas que tardan en llegar para los desastres en el Hierro, enfrentamientos entre las capitales por las ayudas que el gobierno regional pretende repartir, enfrentamientos por la instalación del gas.
Aún no se han entregado las ayudas prometidas por el gobierno de CC y PP al alquiler… problemas que si se hubiesen evitado, daría credibilidad a un lema que pretende reflejar un sentir nacionalista. Por cierto, ¿existe un pacto entre CC y PP a nivel nacional para que de ganar el PP, el estatuto corra nuevamente a Madrid y se apruebe sin la Reforma Electoral que muchos canarios y canarias reclaman?
El 9M va a ser decisivo no sólo porque pondrá de manifiesto cual es el modelo de país que deseamos, sino también, si los canarios y canarias vamos a quedar atrás en el desarrollo autonómico con un gobierno enroscado y lejos de nuestras preocupaciones, pues a buen seguro que de ganar el PP el estatuto volverá a la velocidad del viento a Madrid para su aprobación sin más y sin reforma electoral, o queremos aumentar nuestras competencias y autogobierno, al igual que otras comunidades, con un estatuto que también refleje una voz amplia del pueblo canario hasta ahora secuestrado por una ley electoral y el tripartidismo.
Juan M. Betancor León







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