Mercedes Díaz: “Pasé mucho miedo, por un momento sentí que me estaba muriendo, pero se sale”

La concejala de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana (NC), Mercedes Díaz, fue uno de los primeros casos de coronavirus del municipio, donde se han contabilizado 34. Ha contado a Maspalomas Ahora su experiencia en la lucha contra el COVID-19, en la que pasó “mucho miedo” y “lloré pensando que no iba a salir del hospital”. Ahora, recuperada, solo tiene palabras de agradecimiento a los sanitarios, “es una lucha constante y la sanidad pública es la que me ha sacado de esta, gracias a todos estos profesionales lo puedo contar”.

La edil, actualmente, ha vuelto a dar positivo en el test de coronavirus, tras más de un mes desde el comienzo de los síntomas. “Me encuentro bien, recuperada, un poco débil pero con la salud repuesta”, ha asegurado. “Lo que el virus me quitó en apenas una semana ya se me ha devuelto y me encuentro bien”.

Desde su confinamiento estricto en su propia casa, la concejala ha relatado su primer contacto con el virus, del que “es muy fácil contagiarse”, en su caso con “apenas un beso en la cara”. El contagio y este virus “es algo muy serio”, por lo que “tenemos que cuidarnos todos”.

El día 13 de marzo, un viernes, Díaz empezó a tener una tos que “era diferente, muy seca”. Ante este síntoma, al llegar a casa decidió aislarse y el lunes no fue a trabajar por precaución. Ya esa misma noche “estaba en 40 de fiebre, de repente y la tos aumentó”.

A pesar de los síntomas, en el teléfono de asistencia no le facilitaron la prueba y le advirtieron que no fuese al centro de salud. “No iba a ir igualmente, no sabía si estarían aún los protocolos habilitados, era muy pronto y era arriesgado poder contagiar a alguien”.

Como ha recordado, aguantó en casa pero “notaba que cada día tenía un síntoma nuevo, el virus se apoderaba de algo más”. Ya al día siguiente “tenía flema, arrastrando sangre, la fiebre de 39 y 40 no se iba y cada noche aparecía un síntoma más”. 

El virus, afirma, la estaba debilitando “muy rápido, y cada vez la tos era más intensa y más la dificultad para respirar”.

Fue su médico de cabecera, cuando empezaron los dolores musculares, el que le advirtió que “tenía papeletas” e insistió en que llamase y que dijese que un médico recomendaba la prueba. Al día siguiente, “empezó a empeorar la respiración, como si se me hubiesen cerrado los pulmones”, ha recordado, “era como un tapón en la garganta por el que me entraba muy poco aire, y ya estaba apenas sin voz”.

En ese momento “sentía que me estaba muriendo”, ha confesado.

Debido a los problemas de respiración un equipo con protección acudió a su domicilio a buscarla y la trasladaron al Hospital Insular, donde le pusieron oxígeno nada más llegar. Los sanitarios le hicieron el test y la placa. “Ya tenía neumonía, apenas podía hablar”, ha rememorado. Tras confirmar el positivo en COVID-19 fue trasladada a la planta habilitada del Hospital Materno-Infantil.

“Es tremendo el montaje de esta planta. Hay personal que solo se dedica a la entrada y salida de sanitarios en la puerta, muchos médicos, enfermeros, constantemente atendiéndonos. Son una maravilla, la atención es impresionante”.

A pesar de llegar de madrugada, ha explicado, “había mucho movimiento, muchas personas, personal, se oye todo, es como de otro mundo”. 

Como ha explicado, “pasé mucho miedo en esa planta, toda la gente tapada, cada día fallece uno y otro, constantes entradas y salidas”, y mientras todo eso pasa, “estás solo”. Esa es, a juicio de Díaz “la parte más triste”, cuando “estás allí sola y piensas que no vas a salir y no te despediste de nadie, porque pensabas que regresarías a casa”.

Los sanitarios la alentaban diciéndole “no tengas miedo, este es el lugar en donde te vas a salvar”, ha recordado.

A pesar de la difícil situación, el ánimo está en todo lo que estaban luchando los sanitarios, que “no nos dejaban en ningún momento”, asegura. Con los días ya Mercedes Díaz empezó a respirar bien, le retiraron el oxígeno y aunque débil, sus pulmones respondían y el tratamiento funcionaba. “Ahí ya pensé, de esta escapo”.

Las noticias “eran buenas, me decían que estaba remitiendo, que la mancha de mi placa estaba evolucionando y los pulmones respondían”, y eso le daba “mucha fuerza”. Al sexto día pudo regresar a casa, “aún siendo positivo, con el tratamiento y una hospitalización domiciliaria”, que como ha detallado “era exhaustiva y con llamadas tres veces cada día ”.

Aunque esta situación le generó inquietud por poder contagiar a su familia, el aislamiento fue total, aplicando todos los protocolos que había visto previamente en el hospital, y que aún sigue cumpliendo a pesar de no tener síntomas.

Por eso, ahora solo tiene palabras para agradecer y animar, “yo lo he vivido, pensé que no salía y en unos días pude ver cómo funcionaba el tratamiento, la lucha constante y a cualquier hora de los sanitarios”, en “un engranaje de muchas personas que están siempre trabajando”, ha definido.

Tras esta experiencia, ha insistido la concejala, se siente reafirmada en la importancia de la sanidad pública, que es “una maravilla, llena de profesionales preparados, valientes y entregados”. 

Estos profesionales están “en una lucha tremenda por salvar vidas, y es por eso que se sale, porque se sale”.

A su juicio, va a haber “un antes y un después”, porque se ha visto como “la sanidad pública ha dado un ejemplo y esto va a servir para lavar caras”, y reflexionar sobre “lo poco que se invierte en la ciencia y en investigación, que ahora se va a pensar de otra manera”. 

Su recomendación y el consejo que transmite Mercedes Díaz desde su experiencia es que “se hagan test, controlar los casos asintomáticos, tener cuidado y cuidarnos todos por aquellos que pueden sufrirlo” porque como ha insistido “no es una cuestión de edad, ni de patologías, te puedes contagiar estando bajo de defensas o más débil”.