Zapatero también promete (eso si: con talante) más puestos de trabajo, devolver 400 euros a los trabajadores en su declaración de la renta, incluidos los autónomos, mientras se trata de resolver otros problemillas más domésticos como el aumento de las tarifas, de los transportes, de la cesta de la compra, de las hipotecas y todo eso, que nos está colocando a casi todos al borde de un ataque de histeria y de la pobreza, y vamos a tenernos que plantearnos el comer una o dos veces al día ¡porque miren que sale caro, por ejemplo, comerse un potaje! Y encima aquí nos cierran la carnicería de Brasil por una falta de homologación o de control acorde con las disposiciones de la Comunidad Económica Europa. ¿Y qué diablos nos han vendido de aquí para atrás? Para más inri el inteligentísimo Gobierno de este ensayo de república bananera hace algún tiempo que está liquidando lo que antes se llamaba agricultura ganadería y pesca, porque, por lo visto, sale mejor (especialmente para algunos importadores) traer los alimentos de fuera que producirlos aquí. Unos se traen legalmente y con la ayuda a la importación, y otras de forma subrepticia. ¿Qué les parece?
Hay quienes pregonan que debemos convertir todos los terrenos de cultivo en campos de golf, y lo que queda de costa en muelles deportivos porque así vendrán todos los millonarios del mundo, incluidos los norteamericanos, a disfrutar aquí de nuestra planta obsoleta, y demás atractivos que solemos vender en las ferias turísticas, aparte de nuestro macanudo “pabellón canario” ganador de premios y galardones.
¿Será así como atraeremos a los futuros e inciertos visitantes a Canarias?.
Rajoy quiere ahora traer inmigrantes a los que al mismo tiempo se les firma un trabajo de contrato, juren por Dios que respetarán nuestras leyes, nuestras costumbres, nuestras tradiciones y todo lo que haya que respetar, y si no se portan bien, ya saben donde está la puerta. Además que aprendan el español bien para que se puedan entender con Rajoy. ¿Es que no son españoles los idiomas catalán, vasco y gallego? Así los nuevos candidatos a españoles, o al menos a trabajar en España, seguirán la costumbre tan española de arrojar todas las porquerías que puedan al suelo, que para eso están los el servicio de limpieza, podrán llevar a sus perritos para que evacuen y orinen en parques y jardines, sin recoger nada, para que luego los transeúntes (máxime si es de noche) puedan pisarlas y tomarse un berrinche; podrán tirar a las cabras desde algún campanario para que el animalico se despanzurre mientras los vecinos aplauden a rabiar; podrán observar como aquí llamamos “fiesta nacional” a martirizar a un toro para después ejecutarlo; podrán aprender a pagar comisiones del 20 por ciento a políticos para realizar transacciones contractuales porque eso, al fin y al cabo, son usos y costumbres de este país que les va a acoger; donde, además, la enseñanza pública, la sanidad pública y todo lo que supone los servicios sociales y demás, están siendo degradados al máximo para convencer al pueblo (el pueblo siempre tienen razón) de que es mejor privatizar, privatizar, privatizar.
He oído a varios comentaristas políticos en estos días que Rajoy, después del bofetón que le dieron a Gallardón, (un conservador con el que se puede dialogar porque está dentro de lo que se llama “la derecha civilizada) ha derivado mucho hacia la derecha al borde mismo de la extrema derecha, como si estuviesen inspirados en Le Pen. Sindicatos y políticos españoles aseguran que lo que acaba de proponer el líder el PP es pura xenofobia. Es posible porque en los últimos años ese partido ha acogido a una serie de personajes que no tenían cabida en ningún partido nacional, por su extremismo, y andan por ahí acudiendo a las manifestaciones del PP, de los curas, de las víctimas del terrorismo, expresando todo el odio y visceralidad que creíamos que se había superado ya en este país. Será que tienen que contentar a tanto nostálgico de un totalitarismo que nos ha situado a tantos años luz de Europa.
Rajoy bajará los impuestos. ¿Va a lograr que paguen más impuestos los que ganan y tienen más? ¿O serán los que dependen de una nómina? ¿Acabará con la economía sumergida que tanto daño hace a este paìs? Y si se bajan los impuestos, ¿de dónde van a salir los recursos para mejorar los servicios públicos, las infraestructuras, las políticas sociales? La verdad es que no cuadra todo esto.
Ya por último, por si todo lo que hemos tenido de Carnaval no fuera poco, nos sale ahora una nueva comparsa que sacará a la calle a 270 iglesias protestantes que rezarán en Madrid, “por España”, a la que acudirán otros émulos de Losantos venidos de Estados Unidos y América Latina. Todos quieren clamar por la sanidad y restauración de España. ¡Vaya por Dios!. No sé que tiene este país que atrae a tantos salvadores....







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