No podría ser de otra manera. Es un clásico del verano pasadas las elecciones. Sus señorías tienen como primera misión, antes de desarrollar sus promesas, subirse el sueldo. El bochornoso pleno de Las Palmas de Gran Canaria recorrió el país. Su alcalde, Augusto Hidalgo pasó de 60.171euros a 70.000 brutos anuales. En menos de dos minutos toda la corporación se subió el sueldo. Ahí sí hubo intimidad y una demostración por el amor y vocación de servicio público. En ningún caso, 15 de los 21 alcaldes se atrevió ha hacerlo antes de las elecciones.
Aquellos si que eran sueldos
La segunda posición de la lista la ocupa la alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, Concepción Narváez (PSOE), con una nómina de 67.097 euros. Su predecesor, Marco Aurelio Pérez (PPAV) tampoco lo cobraba mal, ya que el sueldo se diferencia en tan sólo un 2,25 por ciento. Narvaez cobra menos que en su etapa de alcaldesa durante los años 2005 y 2007 cuya nómina ascendía a 69.000 euros anuales. La que se llevaba la nómina más grande a casa era María del Pino Torres (NC) con 74.900 euros en plena crisis en 2010. Aún recordamos cuando titulamos que cobraba más que Zaparero.
Para qué más
En cuanto a Santa Lucía, el nuevo alcalde de La Fortaleza, Santiago Rodríguez, mantiene el salario de su antecesora con 51.600 euros.


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